Entre el 2012/ 2013: 153 taxistas y 32 pasajeros murieron víctimas de los ataques violentos contra unidades de taxis
Al menos 231 víctimas entre taxistas, pasajeros y particulares, fue el saldo que dejaron los 174 hechos violentos registrados en las unidades de taxi, entre el 2012 y 2013, reveló hoy un informe divulgado por el estatal Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH).
El documento estable que durante estos 2 años alrededor de 153 taxistas perdieron la vida violentamente mientras que otros 17 resultaron heridos, con un saldo total de 170 víctimas, es decir, un promedio de 7 mensuales.
El informe añade que en los ataques perpetrados contra estas unidades del servicio público también murieron 32 pasajeros mientras que otros 14 resultaron heridos.
Además, se establece que alrededor de una docena de personas -particulares- perdieron la vida en ese entorno de violencia que enfrentan a diario los ruleteros en barrios y colonias de las principales ciudades del país.
Ramón Custodio, titular del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, declaró que en Honduras, hay una diversidad de factores, ligadas a la violencia delincuencial, que han convertido el oficio de taxista en una ocupación de alto riesgo para quienes la ejercen.
Consideró que la muerte violenta de 153 taxistas, registrada en los dos últimos años, es una muestra evidente del peligro al que se exponen diariamente los que se dedican al ejercicio de esta labor de servicio público.
Se estima que en los dos últimos años un promedio de 10 personas mensuales, entre ruleteros y pasajeros pierden la vida o resultan heridos victimas de la violencia que afecta al sector del transporte de taxis y moto-taxis.
Víctimas de “extorsiones” y asaltos
De acuerdo al documento, uno de los peligros que tienen que enfrentar a diario, los que se dedican a realizar este servicio, en los barrios y colonias de las principales ciudades del país, son las extorsiones, en las que no se descarta que podrían estar participando algunos taxistas e incluso hasta miembros de la misma policía.
En septiembre de 2011, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos receptó la queja de un grupo de taxistas que denunciaron a miembros del cuerpo de investigación por cobrarles “Impuesto de Guerra”.
En el 2013, muchos conductores de taxi denunciaron ser víctimas de los “extorsionadores” e incluso de personas que se subían a la unidad con el propósito de asaltarlos a ellos y a los pasajeros.
En enero del 2013, la policía capturó a seis miembros, de una banda de presuntos extorsionadores. Entre los detenidos figuraba un supuesto agente de la policía, asignado a una posta policial de Tegucigalpa.
Como medida para detener la ola de asaltos en las unidades, taxistas de diversos puntos de Tegucigalpa determinaron, en mayo del 2013, usar detector de metales para evitar llevar personas armadas, con lo cual se le estaría brindando mayor seguridad tanto a los usuarios como a los mismos conductores.
En el 2013, 90 hechos violentos dejaron 114 víctimas
El informe establece que en el 2013, el ente estatal de derechos humanos registró alrededor de 90 hechos violentos que dejaron como saldo 114 víctimas entre conductores de taxis y moto-taxis, pasajeros y personas particulares.
Se detalla que en 7 de los 18 departamentos del país se registraron los 90 hechos violentos, siendo los barrios y colonias de las principales ciudades de Cortés y Francisco Morazán el escenario de 78 de ellos que dejaron un saldo de 89 muertos y 8 heridos.
Del registro pormenorizado se destaca que durante el 2013 murieron, en circunstancias violentas, 45 conductores de taxis, 21 conductores de moto-taxis, 21 pasajeros, 3 empresarios del rubro, un despachador, un supuesto secuestrador, la esposa de un conductor de moto-taxi en estado de embarazo y 10 personas particulares.
Añade que de las 103 personas que murieron, 99 fueron víctimas de las armas de fuego, un taxista fue ultimado con arma blanca, uno fue estrangulado y dos murieron quemados.
Otro de los hallazgos del informe es que unos 20 conductores de taxis y moto-taxis fueron ejecutados en el interior del vehículo en el que se conducían, mientras que otras 20 personas murieron o fueron ultimadas en la vía pública.
Además, alrededor de una docena de ruleteros fueron víctimas de personas que se subieron a la unidad como “pasajeros” y terminaron robándoles sus pertenencias e incluso, a algunos de ellos, hasta les quitaron la vida.
El informe también señala que, al menos, una docena de víctimas fueron raptadas y que incluso algunos de ellos fueron objeto de torturas antes de ser ejecutados por los victimarios.
Para el caso, en febrero, los conductores de moto-taxis Franklin Ramírez y Maynor José Escobar fueron raptados por varios desconocidos. Horas después, sus cuerpos fueron encontrados en bolsas negras, atados de pies y manos y con una cabuya en el cuello, a la orilla de una cancha de futbol de la colonia 10 de Enero, Cofradía, Cortés.
De acuerdo al documento del CONADEH, un hecho alarmante es el alto nivel de impunidad que prevalece en este tipo hechos violentos contra taxistas y usuarios.
Se estima que alrededor del 95% de los responsables de participar en los hechos sangrientos son personas desconocidas.
De los 174 hechos sangrientos registrados en los últimos dos años, en al menos cinco casos la policía capturó a los supuestos responsables.
El 22 de julio, el taxista Teófilo Martínez, fue ultimado por supuestos pandilleros que le dispararon por la espalda. Minutos después los malhechores fueron capturados por miembros de la policía.
El hecho ocurrió en el lugar conocido como La Burrera, que conecta con el Bulevar Fuerzas Armadas.
Taxis quemados como medida de presión
Otro de los hallazgos del informe es que en, al menos, 5 casos, las unidades del transporte público fueron quemadas por los delincuentes, supuestamente como medida de presión, para evitar que los transportistas se nieguen a pagar el “impuesto de guerra”
El 8 de mayo, José Abraham Molina (16), conductor de una moto-taxi que cubre la ruta Villanueva y la aldea El Calán, fue interceptado por desconocidos que le dispararon en varias ocasiones, lo que provocó que el conductor perdiera el control y terminara volcado a la orilla de la carretera.
Posteriormente los victimarios lo sacaron de la unidad y le dispararon nuevamente en repetidas ocasiones, acto seguido le prendieron fuego a la moto-taxi y se dieron a la fuga. El hecho ocurrió a la altura de la aldea La Coroza, Villanueva, Cortés.
El 29 de octubre, supuestos pandilleros quemaron un taxi en una colonia de Tegucigalpa, al parecer, en represalia porque el conductor no había pagado el “impuesto de guerra” que cobran semanalmente.
El CONADEH exhortó a las autoridades encargadas de la seguridad en el país que se implementen medidas oportunas para no seguir poniendo en riesgo la vida y la integridad física de conductores y usuarios del servicio de taxis y moto-taxis en las principales ciudades del país.
Además, urgió investigar la muerte de conductores de taxis y moto-taxis así como de los pasajeros para que los responsables de cometer estos crímenes no queden en la impunidad.