Ausencia de visitantes y cierres tienen en jaque al sector turismo de Tela
_Inversionistas de la industria sin chimeneas piden al gobierno que reduzca las restricciones a la circulación y llaman a la banca a que flexibilice readecuación de deudas_
La falta de visitantes debido a la pandemia por el COVID-19, también, tiene de rodillas al sector turismo, por lo que es “urgente” su reactivación para evitar el cierre de más establecimientos, alertaron inversionistas y trabajadores de la industria sin chimeneas en la bahía de Tela, norte de Honduras.
Marco Reyes, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Honduras (CANATURH) Capítulo Tela, recomendó que se instale “cuanto antes” un centro temporal que apoye al Hospital y Centros de Salud, para dar atención a los pacientes contagiados y sospechosos por coronavirus.
“Sino vemos respuestas de Salud Pública para contrarrestar el virus y tampoco los ciudadanos no somos responsables, el municipio no saldrá de la fase cero”. Entendía que los presupuestos ya estaban listos, no sé cuál es la tardanza, dijo.
El Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (SINAGER) informó el domingo sobre las nuevas disposiciones de circulación y la inclusión de varios municipios en la “fase uno” de la reapertura económica, Tela se mantiene en “fase cero”.
La Unidad Municipal de Salud (UMIS) de Tela detalló este lunes, que, de acuerdo a los últimos casos confirmados por el SINAGER, este término edilicio suma 465 casos diagnosticados de COVID-19.
Reyes asegura que ellos como sector están dispuestos a cumplir los protocolos de bioseguridad, pero sus problemas van mucho más allá del cierre y la falta de visitantes.
“El sector turismo es de los más sacrificados y estamos tratando de sobrevivir. Los costos de operación son altos, necesitamos plazos amplios y readecuaciones para honrar nuestro compromiso con el sector financiero, que nos den condiciones de pago favorables”, clamó.
El directivo de la CANATURH en Tela reconoció que el cierre y la falta de huéspedes tiene como consecuencia la pérdida de puestos de trabajo. “Unas cuatro empresas se acogieron al mecanismo del aporte solidario, quisiéramos integrarlos y arrancar”, contó.
Telamar Resort, uno de los complejos hoteleros más grandes y pioneros del municipio, cerró recientemente debido a la paralización económica y tras casi cinco meses sin recibir huéspedes, que en su mayoría eran extranjeros.
Reyes adelantó que el Feriado Morazánico (octubre) podría permitirles recuperar algunos ingresos, por lo que anunció descuentos para incentivar a los visitantes nacionales.
“Esperamos con ansias operar de lleno en la Semana Morazánica, para también honrar las reservaciones hechas desde el verano y así no desembolsar el dinero a nuestros clientes. Los costos subirán más con las medidas de bioseguridad y ante eso las tarifas se deben reducir para que venga la gente”, concluyó.
Antal Borcsock, empresario del ramo en Tela y Roatán, valoró que la reapertura es una necesidad no solamente de los inversionistas, sino que es compartida por los trabajadores que necesitan ingresos y los hondureños que urgen de recuperar su salud mental.
“El mayor problema es que el país no tiene un plan definido para solucionar el problema, la cuarentena o cierre no resulta. Esto no es la economía contra salud, esto es salud versus salud. Cuando se pierden empleos se vulnera la salud de la persona y su dignidad al no dejarnos trabajar”, opinó.
Borcsock propuso al SINAGER que reconsidere las medidas de circulación restringidas por los dígitos de la tarjeta de identidad y que se amplíen los horarios de servicio de forma especial para el sector turismo.
“Cerrar por más de cinco meses ya no tiene mayor sentido, a la mayoría de estos negocios les costará recuperarse. El pánico infundado no es bueno para la salud mental de la población. Cómo operarán los restaurantes pequeños abiertos con una o dos mesas”, cuestionó.
“Nuestros colaboradores se han capacitado y la CANATURH fue parte en la aprobación de esos protocolos, pero de qué sirve que abramos y la gente no puede circular los fines de semana (sábado y domingo). Lo otro es que la gente solo puede salir cada 15 días, dos días al mes”, añadió.
Borcsock confirmó que sus empresas se acogieron al mecanismo del aporte solidario, pero llamó al gobierno para que cumpla con su parte. “Nuestros empleados suspendidos deben recibir 6,000 lempiras, nosotros damos 2,500 y el gobierno los restantes 3,500, falta que ellos cumplan con su parte. La CANATURH debe tener mayor acercamiento con la Secretaría de Trabajo”, expresó.
Las medidas para preservar salud individual deben ser asumidos por cada persona, insistió. “No quisiéramos recibir a personas con una situación delicada, por ahora, les pedimos esperar. Cada quien hace turismo bajo su responsabilidad, la gente joven puede. Nosotros ya tomamos nuestras medidas de bioseguridad”, concluyó.
Los entrevistados coincidieron que durante los últimos días hubo acercamientos con las autoridades locales, para buscar soluciones integrales para el sector turismo, una de las principales actividades en esta zona del país.
Por su parte Michelle Rivera, recepcionista en un pequeño hotel en Tela, donde laboraba hace un año y fue despedida durante la emergencia, contó que tuvo que volver a su aldea de origen porque las ofertas de nuevos empleos en el sector turismo son nulas.
“El hotel cerró desde mediados de marzo, cuando comenzó la pandemia, quedaron de avisarnos para volver a trabajar, pero ya perdí las esperanzas. Tuve que volver donde mis padres porque no podía continuar fuera de casa y sin trabajo. La situación es dura por ahora”, sentenció la obrera.