Accidente aéreo en Kazajistán deja 15 personas muertas
Al menos 15 personas murieron y otras 66 resultaron heridas al estrellarse este viernes un avión de pasajeros tras despegar del aeropuerto de la ciudad kazaja de Almaty, según los últimos datos ofrecidos por las autoridades de Kazajistán.
«En total murieron 15 personas: 14 en el lugar de los hechos y una en el hospital», informó el jefe del Departamento de Sanidad de Almaty, Tleuján Abildáyev.
Agregó que 50 personas fueron hospitalizadas, de las cuales 12 se encuentran graves, y otras 16 recibieron atención médica ambulatoria.
El aparato, un Fokker-100 perteneciente a la compañía kazaja Bek Air con 100 personas a bordo -95 pasajeros y cinco tripulantes, se estrelló nada más despegar.
En su cuenta de Twitter, el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, expresó sus condolencias a los familiares de la víctimas mortales y aseguró que «los responsables del accidente serán sancionados conforme a la ley».
El avión siniestrado, que según las autoridades no se incendió tras la colisión, realizaba el vuelo Z2100 entre Almaty, la mayor ciudad del país, y Nur-Sultán, la capital kazaja.
El Ministerio de Industria e Infraestructuras de Kazajistán dispuso la suspensión de todos los vuelos de este tipo de aviones hasta que se esclarezcan las causas del accidente.
«Cuando despegamos el avión comenzó a zarandearse muy fuerte y supe que se iba a caer», dijo a Efe en conversación telefónica Aslán Nazarliév, uno de los supervivientes del accidente.
Empresario, de 34 años, pasajero aéreo frecuente, Nazarlíev ocupaba una butaca en la fila 15 en el pasillo del Fokker-100. «Apenas el avión se estrelló salimos por la salida de emergencia que está sobre el ala. Estaba oscuro. La gente alumbraba con las linternas de sus teléfonos», recuerda los primeros instantes tras el accidente.
Según Nazarlíev, los que se llevaron la peor parte fueron los pasajeros que se hallaban en la parte delantera del avión, hasta la fila 14. «Empezamos a ayudar a sacar a la gente que veíamos y oíamos, porque había muchos gritos y gemidos, y a los que ya no respiraban los sacamos y los alejamos del avión», narra con voz tranquila.
Una de las cosas que le llamó la atención es que las alas del Fokker-100 estaban cubiertas de hielo. «Toda la gente que pisaba el ala se caía, porque había hielo. No puedo afirmar que (antes de despegar) las alas no fueron rociadas con anticongelante, pero el hecho es que había hielo», comenta el superviviente. Nazarlíev, quien por motivos laborales viaja en avión al menos dos veces al mes, asegura que continuará usando este medio de transporte. «Por supuesto que seguiré volando. Hay más accidentes automovilísticos que aéreos», afirma.