Presidente Hernández, sobre señalamientos de narcotraficantes en Nueva York: “Si han sido capaces de hacer eso, qué no van a decir para salvarse”
Tegucigalpa, 3 de octubre. “Si han sido capaces de hacer eso, qué no van a decir para salvarse”, dijo hoy el presidente Juan Orlando Hernández tras salir a la luz supuestos vínculos entre Juan Antonio Hernández y el narcotraficante mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, y en los cuales se involucra al mandatario por supuestamente haber recibido dinero de éste último para su campaña política.
En comparecencia de prensa en Casa Presidencial, Hernández aseguró que “el juicio contra mi hermano se convertirá sin duda en una tribuna para que estos criminales busquen vengarse y, como se dice popularmente, puedan ‘sacarse un clavo’”.
Vaticinó que en los próximos días “se van a desprender una serie de historias casi novelescas, provenientes de narcotraficantes”, días que “estarán llenos de alegaciones absurdas basadas en mentiras, en odios, en la fantasía… dirigidos no a respaldar hechos, sino a ganar titulares en los medios de comunicación”.
A pesar de esos ataques, el gobernante reiteró “mi compromiso de continuar luchando contra el crimen organizado, narcotráfico, maras y pandillas sin importar las consecuencias, a no dar marcha atrás”.
A continuación el discurso íntegro del presidente Juan Orlando Hernández:
En los próximos días, tal como sucedió ayer, en un juzgado de Nueva York se van a desprender una serie de historias casi novelescas provenientes de narcotraficantes, que ven en este juicio contra Juan Antonio Hernández la oportunidad ideal de atacar a la persona responsable de que hayan sido extraditados y que estén encarcelados en prisiones de máxima seguridad en Estados Unidos.
El juicio contra mi hermano se convertirá sin duda en una tribuna para que estos criminales busquen vengarse, y como se dice popularmente, puedan “sacarse un clavo”.
¿Contra quién?… Contra la persona y el equipo de personas a quienes nos responsabilizan de que sus imperios de crimen y violencia se hayan terminado, y que los hizo pasar de ser amos y señores de enormes regiones del país, a verse reducidos a vivir confinados en un espacio no mayor de 2 x 2 metros.
Estos días estarán llenos de alegaciones absurdas, basadas en mentiras, en odio, en la fantasía…, dirigidos no a respaldar hechos, sino a ganar titulares en los medios de comunicación.
Me pregunto ¿quiénes son los más interesados en desacreditar y desestabilizar al único Gobierno que ha atacado de frente al narcotráfico, a las maras y pandillas, que ha enfrentado a los policías corruptos y que se ha ido de frente contra el crimen organizado sin límites más que la ley?
Paradójicamente son los que hoy se presentan como testigos. Nadie debe sorprenderse de las barbaridades que digan estos delincuentes que fueron capaces de atropellar la libertad y la vida de miles de personas durante tantos años; cómo no van a ser capaces de decir lo que sea con tal de vengarse y beneficiarse de la reducción de sus penas y además de lograr otros privilegios tales como darles acceso a parte de los recursos que obtuvieron bañando de sangre al pueblo hondureño.
¿Qué valor van a tener frente a un tribunal declaraciones de este tipo de personas, con motivaciones sucias, más que desquitarse de quien es el responsable de su actual y estado de privación de libertades y también de sus bienes.
Durante nuestro Gobierno logramos extraditar a 24 narcotraficantes y otros que se vieron obligados a entregarse, porque sabían que si no era en ese momento, más tarde iban a caer.
Como consecuencia de nuestra política y accionar lo que recibí de ellos son amenazas a muerte y hasta varios atentados fallidos en mi contra; fueron descubiertos no solo por autoridades hondureñas, sino también por agencias de investigación de Estados Unidos como el FBI y la Embajada Americana, entre otras instituciones de aquel país.
Por lo que hemos visto de la calidad de los testigos podemos adelantar sus declaraciones que estarán llenas de señalamientos infundados, declaraciones fantasiosas y tácticas para ganar en la disputa mediática, lo que no podrán obtener en una sentencia de un juicio justo.
Confiamos en la imparcialidad y seriedad de la justicia norteamericana. Que se podrá separar la fantasía de la verdad y podrá dirigirse un juicio de manera acertada para evitar que se convierta en un linchamiento público sin aplicación real del derecho.
Como lo escribí ayer en un twitt, algunas de las declaraciones de estos narcotraficantes colindan con lo absurdo, colindan con lo ridículo, son ridículas muchas de ellas.
Están prácticamente encajadas en lo que hemos venido diciendo, como en aquel cuento de Alicia en el País de las Maravillas. Sólo falta que en algún momento digan que vieron resucitar a Pablo Escobar y que vino a contribuir a la campaña.
Tan importante como el hecho de marcar la diferencia entre los argumentos y las pruebas es la de dejar clara mi posición personal de que nadie está por encima de la ley y que nunca he intervenido, ni lo voy a hacer, para proteger a nadie, ni a amigos, ni correligionarios, ni familiares, absolutamente a nadie.
En eso he sido invariable desde mi gestión como presidente del Congreso Nacional; cuando inicié mi campaña primaria en el 2012, las generales en 2013, lo reiteré, pero también cuando surgieron los primeros rumores en torno a Juan Antonio, siendo yo mismo quien le exigió que se pusiera a la disposición de las autoridades de los Estados Unidos, de los fiscales del Distrito Sur de Nueva York para aclarar su situación.
De eso es testigo el exembajador norteamericano en Honduras, James Nealon, cuando le solicité en el año 2016; le dije que Juan Antonio debería de presentarse ante autoridades de su país, y que él nos hiciera las gestiones y que yo no pedía ninguna garantías y ni consideración, más que lo justo, y así se hizo.
Ese día, 24 de octubre de 2016, lo reiteré: «Durante este Gobierno nadie que haya sido señalado por la justicia no tiene, no ha tenido ni va a tener ningún tipo de concesiones o privilegios, ya se trate de correligionarios, de mis propios familiares, funcionarios de Gobierno o ciudadanos de otros países. Nuestra postura ha sido clara, es clara y seguirá siendo clara de luchar contra la corrupción y delincuencia sin distinciones.
Tal y como lo dije el mismo día que fui juramentado como presidente en 2014 y que ustedes me han escuchado reiteradamente hablar de manera contundente en este sentido.
Mediante esta comparecencia quiero decir de nuevo ante el pueblo hondureño mi compromiso de continuar luchando contra el crimen organizado, narcotráfico, maras y pandillas sin importar las consecuencias, a no dar marcha atrás, porque hemos recorrido un camino que nos ha permitido poco a poco ir recuperando la paz y tranquilidad en el país, y no vamos a renunciar a seguir trabajando para continuar convirtiendo a Honduras en un territorio hostil contra los narcotraficantes, maras y pandillas, tal y como autoridades de EEUU, desde el Presidente, Vicepresidente, Departamento de Estado, la DEA, el Departamento de Seguridad Interior, en todos estos años que hemos servido nosotros como presidente y nos han reconocido en privado y en público en innumerables ocasiones lo que ustedes y todos han visto.
Hoy ha sido evidente que nuestra lucha continúa con fuerza. Esta madrugada empezamos con un operativo de traslado de criminales de alta peligrosidad a las cárceles de máxima seguridad. Continúa durante el día y mañana les estaremos dando detalles de lo que hemos logrado con estos traslados, pero como incide dramáticamente en lo que significa la reducción de extorsiones, y principalmente en homicidios, hablamos en el caso de homicidios del 50% diarios a reducir y de eso estaremos hablando mañana con mayor detalle y presentándoles el informe, y quiero que ustedes vayan y conozcan cuáles son estos nuevos módulos.
En ese sentido, seguiremos buscando hasta por debajo de las piedras a estos criminales, seguiremos día a día y ningún juicio con fondo de venganza, ningún político con intereses mezquinos y perversos podrán intimidarnos y detenernos.
Yo les dije a ustedes, pueblo hondureño, en campaña: yo, Juan Orlando Hernández, voy a hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad del pueblo hondureño, y me refería precisamente a esta lucha frontal contra la criminalidad, aceptando que se iban a venir todo tipo de consecuencias, arriesgando hasta la vida personal y de la familia y de los equipos que nos acompañan, pero no podemos retroceder bajo ningún punto. Por el contrario, esto nos alienta a seguir con fuerza y contundencia de la mano de Dios haciendo lo que corresponde por el beneficio de pueblo hondureño.
Quiero cerrar dejándoles una reflexión: es impresionante cuando uno recorre el historial de cada uno de estos testigos narcotraficantes; fueron capaces de convertirse en lo peor de la miseria humana atacando a comunidades enteras, violándoles a sus hijas, a sus esposas, quitándoles sus propiedades, asesinando sin que nadie les dijera nada. Si han sido capaces de hacer eso, qué no son capaces de decir para salvarse y recuperar dinero o que les rebajen sus sentencias.
De ese tipo de personas estamos hablando y eso no puede volver a pasar en Honduras como pasaba antes, de eso se trata.