Seguridad estará en Guayape hasta que caiga el último miembro de banda de Mito Padilla
El presidente Juan Orlando Hernández advirtió que las fuerzas de seguridad no saldrán de Guayape (Olancho) “hasta que caiga el último” integrante de la banda de Mito Padilla, “un grupo criminal que fue el causante en los últimos años de las atrocidades más grandes que se le pueden atribuir a un ser humano”.
Hernández abordó el tema en la entrega del 71° Parque para una Vida Mejor San Pedro Apóstol, en San Pedro de Zacapa, donde además comentó que las protestas de los reclusos de las cárceles de máxima seguridad obedecen a que quieren estar “con aire acondicionado” y comer “jamón de otros países”.
El gobernante refirió que analizó con el ministro de Seguridad, Julián Pacheco, las acciones ejecutadas contra esos delincuentes y recordó que “esa banda en Guayape, Olancho, fue responsable de las más grandes atrocidades que se le puedan atribuir a un ser humano”.
Los integrantes de ese grupo criminal “violaban niñas por doquier y las regresaban una vez que estaban embarazadas; obligaban a la gente a cuidar animales y trabajar la tierra como si fueran esclavos y después les quitaban toda la cosecha”, añadió.
Asimismo, rememoró que ese grupo “es el responsable de asesinar un montón de gente, pero un día les llegó su hora; al momento de su captura asesinaron a dos grandes policías de los Tigres, pero en el enfrentamiento igual cayó abatido el líder Mito Padilla”.
Sin embargo, dijo, hacía falta aprehender a otros integrantes de esa banda y por eso dio instrucciones a Seguridad: “´No nos salimos de allí hasta que caiga el último´ porque es demasiado lo que han hecho”.
La buena noticia, añadió el mandatario, es que gracias a la alianza para combatir el crimen que se tiene con Estados Unidos “se capturó en ese país a uno de los miembros de esa banda de Mito Padilla; es decir, ese grupo tenía a un miembro enviando dinero para Honduras, y así trabajan de organizados para hacer el mal”.
Hasta librar a Guayape
El titular del Ejecutivo señaló que las operaciones contra la criminalidad en todo el país, y en especial en Guayape, se continuarán realizando hasta obtener los resultados esperados por la población.
“La operación está allá hasta que libremos a Guayape de ese mal y de ese terror que han estado viviendo”, dijo el titular de Casa de Gobierno, quien se preguntó: “¿Cómo es posible que un ser humano pueda convertirse en esa monstruosidad?”.
Refirió que muchos de esos casos se suscitan en Honduras porque “los padres no saben lo que sus hijos están haciendo, porque se han olvidado de los principios y los valores y se han olvidado de convivir sanamente”.
“Honduras debe pasar por un proceso de sanación, con un trabajo vital de la parte espiritual y evitar esas tragedias que se han estado viviendo”, consideró.
Presos quieren aire acondicionado
Por otra parte, Hernández se refirió a las protestas de los reclusos que cumplen penas en las cárceles de máxima seguridad y de sus familiares, por la alimentación y algunas comodidades que los privados de libertad demandan.
Expuso que “es importante vivir con reglas, y generalmente la protesta de los reclusos en Ilama es que hace mucho calor al interior del presidio (y las cárceles fueron construidas bajo los más altos estándares del mundo), pero, como me dijo alguien cercano al tema, seguramente es que los privados de libertad quieren aire acondicionado”.
Remarcó que los reclusos se han quejado de la comida, aunque esta ha mejorado “y la prueba es que cuando llegué a ser presidente solo tenían presupuestados 20 lempiras por día para la alimentación de los presos, y dije que no podía ser y era necesario darles buena comida”.
Relató que en una ocasión pudo observar la comida que ponen a los reclusos y lleva, frijoles, arroz, tortilla, carne, “y todavía protestan porque se les da esa comida, habiendo gente en Honduras que ni eso tiene”.
Trato con dignidad
“¿Cómo es que van a estar mejor ellos que el resto de la población que está en libertad?”, se preguntó Hernández, aunque reconoció que “es necesario atenderlos bien en función de los derechos humanos”.
Pero los reclusos hoy “no pueden estar pidiendo jamón, por ejemplo, que se trae de otros países, porque se les da algo que antes no tenían y se les trata con dignidad”, aseveró.
“Que no me vengan diciendo que se abran las puertas para las visitas, para meter las armas, para enviar ordenes desde el interior de las cárceles, como sucedía antes; eso se acabó, no puede seguir siendo”, sentenció Hernández.
Aceptó que por buscar la seguridad del pueblo hondureño “me he ganado muchos enemigos, y quizá tenga marcado hasta el último día que Dios me tenga en la tierra, pero yo estoy comprometido y convencido de que mi país merece vivir en paz y tranquilidad”.
“Ese compromiso no me lo van a arrebatar hasta el último día que sea presidente”, afirmó el mandatario, “y por eso debemos respetarnos unos a otros, debemos volver a la familia y los profesores deben acercarse a los padres de familia y viceversa”.
Dijo que se debe luchar porque este sea un país en orden, donde prospere la gente y existan oportunidades para crecimiento económico y mejora de las condiciones de vida.