FNAMP desarticula estructuras de maras que sembraban terror en Tegucigalpa y SPS
Una decena de cabecillas de alta peligrosidad, que formaban estructuras de maras y pandillas que sembraban el terror en Tegucigalpa y San Pedro Sula, fueron capturados en poco más de 72 horas por la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP) en el marco de la Operación Morazán II.
Los pandilleros, todos con extensos récords criminales, fueron capturados tras arduos procesos de investigación e inteligencia y deberán pagar por los delitos de homicidio, asesinato a sangre fría, extorsión, tráfico de drogas, posesión ilegal y tráfico de armas y asociación ilícita, entre otros delitos, lo que garantiza su permanencia en prisión por una gran cantidad de años.
En dichas redadas también se logró capturar a varias “administradoras” de la organización criminal Pandilla 18 de la zona noroccidental del país, quienes realizaban labores de compra de armas, transporte de drogas y municiones, manejando un presupuesto semanal de más de un millón de lempiras.
Perfil delictivo de los capturados
Una de las capturas que ha causado mayor impacto en el Valle de Sula es la de Dania Jackeline Maradiaga Flores, conocida en el mundo criminal con el alias de «La Inquieta», integrante activa de la Pandilla 18 y asesina confesa´, sin inmutaciones, de varios transportistas.
Casos como el de Fernando Dueñas, de 55 años de edad, y Carlos Roberto Cruz (60), ambos conductores de taxi, que fueron abatidos a balazos por “La Inquieta”, ejemplifican la trayectoria de violencia y criminalidad de la detenida.
Asimismo, en la zona norte se capturó a Norma Consuelo Ramírez, alias “La Rebelde” o “Rebeca” (22); Claudia Jackeline Suazo Turcios (21), alias “La Misionera”, y Alexander Benavides Murillo (27), alias “El Alex”, todos cabecillas de la mara 18 en San Pedro Sula.
Alias «La Rebelde” o “Rebeca” es considerada una de las principales administradoras de esa organización criminal en la zona noroccidental y además es la pareja sentimental del convicto Jesús Leónidas Pérez López, alias “Moreno”, confinado en la cárcel de máxima seguridad de El Pozo, en Ilama (Santa Bárbara).
Según las investigaciones, esta fémina era la encargada de recolectar y administrar más de un millón de lempiras semanalmente, y además era la encargada de la compra, almacenamiento y administración de armas a nivel del noroccidente del país.
Asimismo, alias «La Misionera” es identificada como administradora de la Pandilla 18 en el sector Rivera Hernández, de San Pedro Sula, y se dedicaba a cumplir diferentes misiones, como traslado de dinero, droga y armas.
También se le vincula sentimentalmente con Luis Fernando Maldonado Gómez, alias “Spooky”, capturado por la FNAMP en diciembre de 2018.
Otros cabecillas tras las rejas
Otras historias de violencia, terror y muerte se conocieron luego de la captura de cuatro peligrosos criminales, también de la mara 18, en la colonia La Laguna de Comayagüela, a quienes se les atribuye una serie de crímenes cometidos en este sector de la capital.
Cada uno de ellos cuenta con un amplio historial criminal, que dibuja un nivel de maldad impactante.
Kenic Alonso Montoya Fiallos, alias «Suspiro», era cabecilla de la organización delictiva y el encargado de ordenar y ejecutar crímenes, cobros de extorsión y otras directrices en esa zona.
Otro de los capturados fue identificado como Marcos Antonio Gonzáles Ordoñez, conocido con el alias de «Blaster» y quien, según las investigaciones, fungía con alta jerarquía dentro de la organización delictiva.
Alias “Blaster” era uno de los encargados de realizar los cobros de extorsión en al menos cinco colonias vecinas al sector de La Laguna, además de decidir qué tipo de represalias se tomarían si los comerciantes no accedían a sus peticiones criminales.
Este delincuente inicio su carrera criminal desde muy temprana edad; estuvo recluido en un centro de internamiento de menores y al recobrar su libertad se encargó de desatar el terror en las colonias La Laguna, Las Pavas, Villa Franca y Cerro Grande, entre otras.
Otro de los capturados es Jairo Francisco Estrada Madariaga, alias «Circuito», quien también fungía como cabecilla de la organización criminal Pandilla 18 y mantenía el control de las actividades criminales en el sector Brisas de Olancho y La Laguna.
El último de los capturados, de nombre Denis Ariel Aguilar Cruz (19), está siendo investigado por su supuesta participación en una serie de crímenes y delitos cometidos en compañía de los otros criminales.
Denuncia ha sido factor clave
El director de la FNAMP, teniente coronel Amílcar Hernández, consideró que el éxito obtenido con estas capturas se debe en gran parte a la contribución de la población, que poco a poco está perdiendo el miedo a denunciar, debido a la confianza que hoy le generan los cuerpos de seguridad del Estado.
“La misión que tenemos es debilitar estas estructuras criminales, como lo hemos hecho en Ciudad España y el Valle de Amarateca, para que los programas sociales que está implementando el Gobierno tengan el impacto que se espera, para de una vez por todas poder recuperar la paz y libertad para los pobladores de estos sectores”, manifestó.
El oficial garantizó que los criminales capturados y puestos en prisión deberán enfrentar condenas de muchos años, puesto que se presentan ante los tribunales las suficientes pruebas para avalar una condena justa por sus innumerables delitos cometidos contra la sociedad hondureña.
“En las estadísticas que tenemos, de los 264 pandilleros que hemos capturado, sólo en lo que va del 2019, el 95 por ciento están guardando prisión por los crímenes cometidos”, detalló.
En tal sentido, dijo que “la población debe tener la certeza de que nuestro trabajo es efectivo, en el sentido de que los criminales que capturamos van a quedar en prisión por muchos años”.
Agregó que “los avances se están viendo; el aumento en las denuncias a través del 911 o la línea 143 es un indicativo importante de que la población siente que nuestro trabajo es efectivo y nosotros vamos a estar de manera permanente, hasta debilitar en un 100 por ciento todas estas estructuras”.
“Creo que uno de los grandes logros de la FNAMP es que la gente ha entendido que somos creíbles; eso nos permite que la gente venga a poner sus denuncias de manera protegida, segura y casi anónima”, concluyó Hernández.