Brazalete electrónico impide que migrantes puedan trabajar en Estados Unidos
McAllen, Texas (EEUU).- A las unidades familiares que ingresan de forma irregular a los Estados Unidos y que son dejadas en libertad por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) se les instala un brazalete electrónico que les impide trabajar y les limita la libre circulación a 75 kilómetros a la redonda.
Esta es la situación que enfrentan miles de migrantes centroamericanos que, luego de arriesgar su vida y la de sus hijos en un largo camino bajo la protección de “coyotes”, exponiéndose a todos tipo de riesgos, hambre y hasta la muerte, logran pasar la frontera y se entregan a la Patrulla Fronteriza con la esperanza de conseguir una protección temporal en vista de que son acompañados por menores.
Sin embargo, la realidad es otra, ya que cuando las unidades familiares son liberadas por el ICE se les instala un brazalete electrónico, el cual les impide trabajar sin autorización de un juez, y son limitados a circular en 75 kilómetros a la redonda.
Esta es la realidad de muchos hondureños que platicaron hoy con la primera dama, Ana García de Hernández, durante su recorrido por el Centro Caridades Católicas un refugio temporal de migrantes liberados por el ICE, donde pudo conversar con unidades familiares hondureñas que le contaron su experiencia antes, durante y después de cruzar la frontera.
“Tuve miedo… Jamás volvería a poner a mi hijo en riesgo; venirse para acá no es fácil, hay gente que la secuestran los Zetas, correr el riesgo la vida de nosotros y de nuestros hijos. Acá ando el anillo (brazalete electrónico) esperando qué dice el juez, pero si nos regresan a la casa vamos a ir a luchar en Honduras, es mejor quedarse allá”, expresó Dania Díaz, una hondureña originaria de Santa Cruz de Yojoa, de 22 años de edad, que cruzó la frontera con su bebé de nueve meses en brazos.
Jenny Judith Pinto, de La Fraternidad (Ocotepeque), tiene un mes de haber salido de su lugar de origen para cruzar la frontera, llegó apenas hace 5 días y está arrepentida de haber arriesgado la vida de sus hijos, una niña de 5 años y un bebé de 11 meses, durante el recorrido.
“Sufrí mucho, nos metieron en los tráileres y sentí que se me iban a morir mis hijos; nunca volvería hacer esto. Puse en riesgo la vida de mis hijos y ellos son unos niños inocentes que no se merecen todo esto”, expresó a la vez que llamó a los padres hondureños a no correr el riesgo.
“No lo hagan, piensen primero en sus hijos, uno lo hace por darles un futuro mejor, pero eso podemos hacerlo en Honduras, yo jamás volvería arriesgar sus vidas”, expresó Jenny con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos.
Historias de vida
“El llamado es a las familias, a que no se arriesguen en este camino; es una ruta muy difícil a la que se enfrentan. Escuchar los testimonios de las madres y padres, de cómo ponen en riesgo su vida y la de sus familias, y al final el futuro es incierto porque las medidas migratorias en Estados Unidos cada vez son más fuertes”, expresó la primera dama, Ana García de Hernández, quien encabeza la Fuerza de Tarea de Atención al Migrante que se encuentra en McAllen (Texas), para velar por la no separación de las familias y que se respete los derechos de sus connacionales.
“La migración es un tema muy humano; se trata de la vida de hombres y mujeres con sueños e ilusiones y que muchos de ellos han puesto en riesgo su vida, pagándole a un delincuente como es un coyote para poder venir acá y probablemente muchos de ellos van a tener que retornar a Honduras, pero lo van hacer con deudas porque tuvieron que pagar hasta 11 mil dólares a un coyote para poder cruzar la frontera.”, lamentó.
Combatir coyotes
“Debemos enfocarnos en combatir los coyotes; son gente que no tiene escrúpulos, que no les interesa la integridad física de las familias y de estos niños que son expuestos a condiciones no apropiadas. Por eso debemos enfocarnos en el combate al crimen organizado y los traficantes de personas, más conocidos como “coyotes”, declaró la esposa del presidente Juan Orlando Hernández.
Aseguró que los esfuerzos de Honduras van encaminados a poder combatir la raíz del problema, tal y como lo ha venido diciendo su esposo, el presidente Hernández, la migración irregular debe verse como un tema de responsabilidad compartida, pero diferenciada, por lo que se deben establecer acciones conjuntas que contribuyan a mejorar la situación de la región.
En ese sentido, recordó que los países del Triángulo Norte, con apoyo de los Estados Unidos, están abordando el tema de forma integral con el impulso del Plan Alianza para la Prosperidad, mediante el cual se proponen acciones que fortalecen las instituciones, desarrollan el capital humano, dinamizan la producción y mejoran la seguridad ciudadana y el acceso a la justicia.
Las familias salen de Honduras por muchas causas, entre ellas buscando la reunificación familiar, o por unidades económicas, por lo que el Gobierno está trabajando en mejorar la seguridad, logrando bajar la tasa de homicidios en más de 40 puntos; además, hay mejoras macroeconómicas que permiten más oportunidades de empleo y desarrollo a las familias hondureñas, declaró.
La gira de la Fuerza de Tarea es parte de la ofensiva diplomática liderada por el presidente Hernández a favor de la reunificación familiar y de la regularización permanente de los más de 44,000 compatriotas amparados bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS).
Acompañan a la esposa del gobernante hondureño la canciller María Dolores Agüero; la ministra de Derechos Humanos, Karla Cueva, la viceministra de Asuntos Consulares, Nelly Jerez; la directora del Instituto Nacional de Migración, Carolina Menjívar; la directora de la Dirección de la Niñez y la Familia, Loli Salas, y la directora de Protección al Hondureño Migrante, Liza Medrano.