El aviturismo, un rubro que aporta divisas al país y genera empleo
El vuelo inquieto del Colibrí Esmeralda, endémico de Honduras. El cantar de más de 800 especies de aves por todo el territorio nacional se encarga de llamar a los avituristas extranjeros que aportan mínimo 5,000 dólares cada uno en su visita a Honduras.
El aviturismo (avistamiento de aves) ha visto su ascenso en los últimos tres años, convirtiéndose en parte de las propuestas que presenta el turismo hondureño a los miles de visitantes que llegan en busca de las aves más exóticas que se puede observar en el continente americano.
Además genera empleo en los diferentes hoteles que reciben a los visitantes.
Copán Ruinas, Parque Nacional Cerro Azul Meámbar (Panacam), Parque Nacional Pico Bonito en La Ceiba, Cayos Cochinos en la zona insular hondureña, el Lago de Yojoa, Cuero y Salado, Río Santiago, y muchos lugares más, ahora son el atractivo de miles a avituristas provenientes de Estados Unidos, Sudáfrica, Reino Unido, entre otros países del mundo.
Con el apoyo del gobierno del presidente Juan Orlando Hernández a través del programa Marca País, a partir de 2016 cuando se llevó a cabo el Honduras Birding for Conservation Tours se ha dado un efecto positivo para el país, según lo expresado por el guía aviturista, Alexander Alvarado, quien reside en el municipio de Santa Rita, departamento de Copán.
Después del Honduras Birding for Conservation Tours –confió- varias compañías se presentaron queriendo vender más al país, no solo con el aviturismo, sino que promoviendo el turismo de sol y playa, turismo colonial, religioso y arqueológico.
Meses claves
La llegada de turistas amantes de las aves se da en los 12 meses del año, pero con mayor auge entre noviembre y mayo, la mayoría proveniente del Reino Unido y Estados Unidos.
En los demás meses (junio, julio, agosto, septiembre y octubre) – cuenta Alvarado- los turistas vienen por las aves residentes: Monduran Esmerald, Lovely Cotinga, Green breasted Mountain Gem, Green thoated Mountain Gem y Ocellated Quail.
“Los británicos son los que despertaron el interés por las aves, ellos fueron los fundadores de este hobby. Quieren descubrir qué hay más allá de sus fronteras”, aseguró el profesional de las aves.
Dijo que el avistamiento de ave para los británicos es limitado y les llama la atención las aves de América y se entusiasman por venir a los trópicos.
“Hay más de 800 aves registradas, pero han aparecido unas aves que nosotros llamamos “vagabundos”. Las especies marinas es un ejemplo”, señaló Alvarado.
Confió que recientemente en Roatán (Islas de la Bahía) fue encontrado un pájaro que hace 50 años no se miraba en Honduras.
Detalló que es un pajarito que solo se puede ver en las costas de Belice, un poco en Guatemala y se presumía que estaba en Honduras. Es como un “gato negro”, con ojos brillantes.
También hay especies de Sudamérica que ingresan a territorio hondureño y que se conocen como migratorias, pues en el país pasan de tránsito rumbo a Alaska.
Los avituristas –continuó contando Alvarado- además vienen al país atraídos por el Colibrí Esmeralda, también un colibrí de montaña que se avista en el Parque Nacional La Tigra en la capital y en Olancho.
“También las Cotingas que están en la Sierra de Nombre de Dios y en Gracias a Dios”, agregó.
Asimismo, otro colibrí de montaña que habita en el bosque de Opatoro y en el Parque Nacional Santa Bárbara.
Además –confió Alvarado- la Codorniz Pintada es de mucha expectativa para los avituristas porque es demasiado difícil de ver en el sur de México y Guatemala y en el mejor lugar para avistar es Honduras y precisamente en Olancho.
Tegucigalpa y el Lago, lugares claves
A pesar que Honduras es un lugar idóneo para el avistamiento de aves, Tegucigalpa y el Lago de Yojoa son considerados lugares claves porque cuentan con la infraestructura necesaria para recibir a los turistas.
Además, están rodeados por bosques protegidos.
En el caso de la capital de la República, resalta el Parque Nacional La Tigra, donde llegan muchas especies migratorias, algunas se quedan y otras siguen el tránsito hacia el sur. Entre ellas se mencionan el Quetzal.
Por su parte, el Lago de Yojoa se encuentra rodeado por dos áreas protegidas: el Parque Nacional Santa Bárbara y el Parque Nacional Cerro Azul Meámbar, allí la diversidad de aves aumenta porque se tiene un bosque nublado, lluvioso y los bosques secos que rodean la represa Francisco Morazán, más conocida como El Cajón.
“Honduras tiene todo, culebras, libélulas, todo tipo de atractivos para que sea visitada por los turistas internacionales”, asegura el aviturista Alexander Alvarado.