Turistas del Allure of the Sea: “Nos vamos encantados de Honduras… ¡Con su café y su gente!”
· Venezolano Carlos Hellmund califica a Roatán como espectacular.
· La pequeña Sofía le pide a mamá Rachel Vera que pronto vuelva a Honduras. Aseguraron que se marcharon con “dolor en el corazón”.
· Las trencitas cautivaron a los turistas del crucero Allure of the Seas.
Cerca de nueve horas fueron más que suficientes para que miles de turistas que llegaron en el Crucero Allure of the Seas, se enamoraran de la belleza natural que ofrece la isla de Roatán, ubicada en el caribe hondureño.
Argentinos, estadounidenses, canadienses, sudamericanos, europeos, asiáticos y centroamericanos, se deshicieron en elogios al destacar la amabilidad del hondureño, la hermosura de las playas y la exquisita gastronomía.
De los 6 mil 400 turistas que llegaron a Roatán en el Allure, el tercer crucero más grande del mundo, fueron pocos los que decidieron no descender a tierra firme y se quedaron en sus habitaciones o disfrutando de las comodidades de este imponente barco que por primera vez arribó a aguas hondureñas y que zarpó cerca de las 6 de la tarde.
Don Antonio Orengo se aprestaba a regresar al crucero con una taza de café que se cultiva en las montañas hondureñas, pero decidió detener el paso para confiarnos que “estoy encantado de la isla, porque a pesar que nací en Puerto Rico, que es una isla parecida a esta, quedé encantado, muy encantado…”.
Don Anotnio que hoy reside en Orlando, Florida (Estados Unidos) señaló que en las horas que estuvo en tierra firme le gustó la comida, el trato amable que le brindaron y un recibimiento espectacular donde llegaba.
“Siempre que haya la oportunidad me gustaría venir aquí, estoy encantado”, decía con una sonrisa en su rostro.
Don Antonio no dejaba de oler su taza de café… “Uuummmm, el olor es tremendo. Este café es riquísimo”.
Confió que en Orlando él es un tomador de café, y “aquí he ido a un lugar donde me han servido un café con un sabor riquísimo”.
Antes de despedirse quiso contar que “mi nieto trabaja para un restaurante y el mejor café que llega a Orlando es de aquí de Honduras”.
“Por favor, mamá”
Entre los miles de turistas que retornaban al Allure, destacaban la pareja de madre e hija: Rachel y Sofía Vera que residen en Orlando, Florida (Estados Unidos).
Rachel, una joven madre, confió que junto a su hija se van con “dolor en el corazón” de no poder estar más tiempo en la isla de Roatán.
“La gente es divina, el hotel que fuimos a visitar es precioso, nos vamos con un dolor grande en el corazón, nos encantó todo”, insistió.
Sin embargo, Rachel aseguró que “estamos dispuestas a regresar”.
Sofía intervino para decir que le gustó la playa y también para pedirle oficialmente a su madre que la vuelva a traer a Honduras. “Por favor, mamá”, le pidió.
Agarradas de la mano y viendo hacia el horizonte, Rachel y Sofía exclamaron: “Nos vemos pronto, otra vez”.
La isla está espectacular
El venezolano Carlos Hellmund fue más contundente al expresar que la isla de Roatán está espectacular, la atención de la gente es extraordinaria, muy amable y las playas son muy bellas.
-¿Está dispuesto a regresar?- le consultamos
-“Claro que estoy dispuesto a regresar”, respondió.
A los hondureños nos dejó el mensaje: “Ustedes tienen un sitio turístico muy bello, solo hay que mejorar la infraestructura para traer más turismo. Eso le va a traer más beneficios para el país”.
Las palabras de don Carlos son escuchadas por el presidente Juan Orlando Hernández, quien ya giró instrucciones para que se realice la reconstrucción de la calle principal de la isla.
Los portugueses Carlos Gago, Estela Melo, Pedro Carvalho y Bruno Serra se marcharon contentos luego de lo vivido en tierra hondureña.
Carlos siempre llevó la voz cantante y dijo que “la isla es bella, preciosa y el trato de las personas es excelente”.
Estela, quien estaba al lado de Carlos, aportó al comentario que disfrutaron de un excelente plato de comida, un guisado con coco.
“A mí me encantó el plátano frito”, dijo.
Todos disfrutaron
Está claro que cada uno de los cruceristas disfrutó a su manera. Unos visitando las diferentes playas y otros conociendo la cultura hondureña, sus tradiciones y gastronomía.
El estadounidense Johan portando una camisa del equipo español Barcelona, con el número 10 en la espalda y el nombre del astro argentino Messi, disfrutaba de un coco que le había vendido el hondureño Orlando Rodríguez.
Frente al negocio de Orlando hacían cola los turistas para refrescarse con agua de coco. El puertoriqueño Dany Porbel, pidió que le vendieran cuatro, pues la misión era llenar un bote de plástico con agua de coco y así saciar la sed que provocaba el fuerte clima que impera en la isla.
“Hoy me quedé corto, solo vendí 130 cocos y la gente me quedó pidiendo más”, dijo Orlando, quien celebra la venida de miles de turistas en el hermoso Crucero Allure.
Unos pasos más adelante, la estilista Sheina se destacaba haciéndoles trenzas a los distinguidos visitantes.
Primero fue Miguel Gold, residente en Miami, Estados Unidos, que contrató sus servicios a 30 dólares, luego la pequeña canadiense Sara pagó 35 por unas llamativas trencitas.
Su madre Martina y su hermana Alexandra solo observaban el proceso de transformación de Sarita.
“Me gustó mucho como me quedaron las trencitas”, dijo Sarita con alegría.
La pareja de salvadoreños Mario y Edith Silva tomaron el crucero en los Estados Unidos y agradecieron ser parte de los miles de turistas que llegaron en el Allure of the Seas a la isla de Roatán.
A pesar que residen en Nueva York, Mario nació en San Salvador y Edith en La Unión, pero su gran amor los unió para venir juntos a la bella isla de Roatán.
Todos se llevaron en su mente las playas hondureñas, el calor humano de su gente y la rica gastronomía…Muchos, por no decir todos, se marcharon contentos y con los deseos de regresar…