Miles de hondureños, como doña Olga, tienen su casa gracias al programa Vida Mejor
En la aldea El Tizatillo todos conocen a doña Olga Oserón. Cuando una llega y pregunta por ella, la respuesta es “¿Ah, la señora a la que el presidente Juan Orlando le dio una casa de Vida Mejor?”. Y luego dan la dirección.
Así fue que di con ella. La encontré a las dos de la tarde calentando unas tortillas en su nuevo Ecofogón.
Doña Oserón tiene el pelo blanco, la vista cansada y en su rostro se ven las arrugas que ha obtenido en el correr de la vida.
Saluda sonriente y me dice que su mayor felicidad es saber que está acompañada de sus hijos y nietos.
De repente, la abuelita se desentiende del comal y con su voz suave nos relata que antes su casa era de madera y con piso de tierra. Que la temporada más crítica era el verano, pues el calor era insoportable.
“Hace dos años mi vida cambió”, dice doña Oserón para luego agregar que “la casita vieja que tenía quedó en el olvido, era una casita humilde de madera, estaba destruida y por eso agradezco al presidente Juan Orlando Hernández que se tomó el tiempo de venir a visitarnos hace dos años”.
Relató que jamás se imaginó tener una casa de cemento, con techo, sanitario y piso digno.
“Yo me la pasaba pensando cómo podría hacer mi casa y de donde iba a sacar los recurso para hacerla, pero todo se lo dejé a Dios para que se diera esa luz”, expresó.
Me siento feliz –dice-, porque por lo menos ya no me mojo, ya no me expongo al sol y lo más importante es que me visita mi familia, porque de nada sirve una casa amplia sin los hijos y los nietos.
¡Y habrá más viviendas para los más pobres!
En esta aldea rodeada de árboles viven más de 500 familias; aquí se respira tranquilidad, lejos del bullicio de la capital. La gente es muy humilde, servicial y trabajadora.
Al igual que doña Olga, hay otras familias que han sido beneficiadas por Vida Mejor, el programa social que impulsa el presidente Juan Orlando Hernández con el objetivo de hacer justicia social para las familias más desposeídas del país.
Vida Mejor incluye, entre muchas cosas, ecofogones, pisos de cemento, techos, letrinas, pilas y purificador de agua, huerto familia, bonos y viviendas.
El año pasado, las vidas de 2 millones 800 mil hondureños fueron impactadas positivamente con 624 mil 897 beneficios.
Además, a este proyecto se ha sumado CONVIVIENDA , fue creada en 2014 y que busca brindar respuesta a las familias hondureñas de más bajos ingresos para la obtención de una solución habitacional.
Según el informe de CONVIVIENDA, a la fecha se han entregado 11 mil 333 viviendas a familias beneficiadas con bono habitacional de los diferentes programas impulsados por Vida Mejor.
Y para este año se esperan construir tres mil casas de Vida Mejor. Y siete mil viviendas financiadas.
“Varios políticos prometían y solo eran pajas”
Sigo en el recorrido y encuentro a Delmer Rodríguez, con 20 años de vivir en El Tizatillo.
Nos explica que antes su casa era de aluminio y lámina. Esos días quedaron atrás, pues con entusiasmo nos narró que “Mi madre me contó de unas casas que estaban dando, pero yo poco creía, porque varios políticos prometen y solo son pajas, pero esta vez no fue así”.
“Ahora me siento alegre, no todos los días te dan una casita. Ahora mi hijo y mi esposa vivimos bien y me siento realizado, porque para hacer una casa se necesita bastante dinero”, indicó Rodríguez, quien tiene 10 años de trabajar en la empresa El Cortijo.
A la plática se suma doña Adriana Galindo. Su casa está arreglada; es de color rosado y azul. Anteriormente vivía en una de madera.
“Dios nos tenía destinado a darnos una casita. Era muy difícil vivir en una casa de madera, mi casa era horrible, era fea, de tierra y era toda tilosa”, contó.
“Cuando vino el presidente Hernández en la Visita Sorpresa nos ayudó mucho y ahora mire mi casa, ahora vamos adelante”, dice con una sonrisa de oreja a oreja.
Y así como ella, miles de hondureños beneficiados el año pasado sonríen. Para este 2018, el mayor programa social en la historia de Honduras seguirá diciendo “Manos a la obra”.