Cárcel de Santa Bárbara también será cerrada, anuncia el presidente Hernández
San Pedro Sula.- La cárcel de Santa Bárbara también será clausurada, al igual que la de San Pedro Sula, en cumplimiento de un compromiso adquirido con ese departamento, anunció hoy el presidente Juan Orlando Hernández.
El Centro Penal sampedrano quedó prácticamente desalojado con el traslado este viernes de los últimos 941 privados de libertad que quedaban en el presidio.
De esos 941 reclusos movilizados, unos 479 fueron enviados hacia la cárcel de El Porvenir (Francisco Morazán); 82 para el penal de El Progreso (Yoro), y 380 a la Penitenciaría Nacional de Támara (Francisco Morazán).
Se trata del más grande grupo de privados de libertad trasladado de manera simultánea en una sola operación, señaló el mandatario en conferencia de prensa en las instalaciones de la Fuerza Aérea de San Pedro Sula, al regreso de su gira por Chile, Perú y Ecuador.
En el lugar que ocupa el Centro Penal de San Pedro Sula, el mandatario buscará que la sociedad civil, iglesias, jóvenes, adultos y niños decidan qué se construirá para que sirva como espacio de unidad, paz y armonía de las familias sampedranas.
Capacidad operativa
El gobernante remarcó que ese operativo refleja no sólo la capacidad operativa y técnica de la institucionalidad hondureña, sino también “la madera de que está hecho el grupo de oficiales, agentes de todo Fusina, para llevar a cabo esa operación”.
Hernández afirmó que todo ello es parte de la construcción de un nuevo país, de una nueva Honduras.
El mandatario subrayó que en la actualidad se ejecuta la construcción del nuevo modelo del sistema penitenciario del país.
“Hemos avanzado como nunca. El tema de seguridad es de todos los días, a cada hora, a cada minuto; no se puede descuidar por obtener la baja hasta en cero la tasa de homicidios”, apuntó.
Exigir a las autoridades
Se debe de exigir de ahora en adelante a las autoridades el compromiso y voluntad política del “por qué no se actuaba. Yo todavía no puedo entender cómo hay gente que quieren que se cierren los Pozos, no lo comprendo, o tal vez el nombre les incomoda, pero es puesto por los medios de comunicación”.
En todo caso, reiteró que son cárceles de máxima seguridad, categorizadas de esa manera, aisladas, para que no hagan daño a la gente.
No obstante, dijo que los reclusos que puedan reinsertarse a la sociedad deberán de pasar por un proceso de aprendizaje de una labor u oficio, pero con medidas de seguridad.
El proceso de construcción del nuevo sistema carcelario se consolida, pero son evidentes los avances que se han logrado.
Hernández ejemplificó que con el traslado de reos de alta peligrosidad del penal sampedrano se ha alcanzado una reducción en los índices delictivos y de homicidios en la zona norte del país.
“No podemos pensar de que porque vamos a cerrar el año con un índice de 40 muertes por cada 100 mil habitantes es suficiente; tenemos que trabajar para alcanzar estándares de alta calidad como un país de primer mundo”, acotó.
Nuevo módulo de máxima seguridad
El mandatario hondureño puntualizó que todo aquel que delinque terminará enjuiciado y cumplirá su pena, si se requiere, en un centro de máxima seguridad totalmente aislado.
Las características de las cárceles como El Pozo I y II, y el nuevo módulo de máxima seguridad de Támara tienen un peculiaridad: “la no revelación de detalles de construcción, porque no queremos que se den cuenta de cómo se edifican”.
En el caso de La Sequia, que será un complejo penitenciario industrial, estarán recluidos, pero tendrán que trabajar y aprender un oficio para que puedan aplicarlo una vez cumplan con sus penas y salgan en libertad.
“Los privados de libertad que están en las cárceles de máxima seguridad como El Pozo I y II, y el módulo de Támara estarán totalmente aislados”, subrayó.
Hernández señaló que se cumplirá con una disposición legal que establece que en 500 metros a la redonda de cada centro penal el Estado va adquirir o expropiar esas propiedades pagándole al dueño lo que se debe, para no permitir que el modelo del siglo pasado de los centros penales termine en lo que concluyó en el presente siglo.
El jefe de Estado insistió en que los centros penales que están en los cascos urbanos serán clausurados, entre ellos el de Santa Bárbara.