Bill Gates aseguró que el populismo «es una amenaza» para la lucha por erradicar la pobreza extrema en el mundo
William Henry Gates III, conocido como Bill Gates, es el hombre más rico del mundo, según la revista Forbes, con una fortuna estimada de 78.000 millones de dólares.
El empresario, informático y filántropo, cofundador de la empresa Microsoft junto con Paul Allen, cumple 61 años este viernes y, en una entrevista con el diario El País, se refirió particularmente a la pobreza y al futuro político del mundo.
En una nota concedida en Londres a los periodistas Miguel Jiménez, Eva Ladipo y Florentine Collomp, el filántropo y magnate explica que las jornadas denominadas «Grand Challenges», que son impulsadas por su fundación, pretenden atraer a científicos para investigaciones médicas globales ante los retos de la salud mundial.
«Su objetivo es erradicar la pobreza extrema hacia 2030. ¿Cómo se puede lograr?», preguntan los periodistas. Y Gates no duda en su respuesta: «La salud, incluída la alimentación, es muy importante, y el trabajo que hacemos en la agricultura, que consiste en duplicar la productividad en países pobres, en África, es fundamental. Para que una economía mejore, hay que tener en cuenta muchos elementos, como la gobernanza y las infraestructuras, pero diría que la sanidad, la educación y la agricultura son básicas».
Gates, una de las figuras más reconocidas del mundo económico y, aunque no partidarias, con fuertes convicciones políticas sostiene que el populismo y el nacionalismo en los países occidentales es «una amenaza» que pone en peligro la lucha contra la pobreza.
«Es necesario que haya un compromiso para que los países ricos muestren generosidad para ayudar a estos países pobres, que la humanidad trabaje junta para resolver problemas», explica el magnate y detalla que el problema es que «con la inmigración y la globalización hay trabajadores que creen que su situación mejoraría con menos libre comercio», aunque en la realidad económica que afecta a los países los resultados son muy distintos.
Entre sus acciones filantrópicas, se encuentra la Fundación Bill y Melinda Gates, presidida junto a su esposa, que se dedica a establecer oportunidades en salud y educación en Estados Unidos y en comunidades internacionales donde destina 5.000 millones de dólares anuales a la lucha contra enfermedades como la malaria, la polio o el sida, e impulsa la agricultura en países poco desarrollados.
El empresario explica con sinceridad que «el fin de la pobreza extrema hacia 2030 no es un objetivo puramente numérico, es una aspiración» aunque asegura que mediante los planes desarrollados por la ONU y fundaciones como la suya se podrá «erradicar la mayor parte».
Gates también se refiere a su homólogo, el empresario millonario y dueño del gigante Facebook, Mark Zuckerberg, quien aseguró que dedicará 3.000 millones de dólares al intento de erradicar enfermedades y pobreza. El magnate asegura que es en parte una gran utopía pero que con acciones concretas puede ser posible y elogia a Zuckerberg y a su equipo por la intención: «Lo que han hecho supone un compromiso enorme y es fantástico. Cuando yo tenía la edad de Mark, no hacía filantropía. Él ha empezado muy joven».
«¿Cuál diría que es el problema sanitario mundial que aún hay que solucionar?», pregunta El País al magnate, quien sostiene que el virus del Sida (VIH) es uno de los problemas más grandes: «Seguimos sin tener una vacuna. Como el número de jóvenes en África está aumentando mucho, la tasa de contagio se incrementará. Creo que ahora hay muchas posibilidades de lograr una vacuna eficaz en el plazo de 10 años».
En cuanto al cáncer, la Fundación Gates no tiene planes particulares, aunque Microsoft desarrolla software para almacenar y cruzar información útil en la lucha contra esa enfermedad, «¿Venceremos al cáncer en 10 años? Probablemente no, pero a medio plazo, probablemente sí. Los progresos en el cáncer son increíbles» asegura Gates.
Consultado sobre su posición en las próximas elecciones en EEUU, Gates no se inclina por ningún candidato de manera oficial: «No decimos a quién vamos a votar en concreto y la fundación es imparcial políticamente, ha sido capaz de trabajar muy bien con todos los Gobiernos, con el de Clinton al principio; con el de Bush, que fue muy generoso con el sida y la malaria, y ahora con el de Obama. Sea cual sea el presidente, haremos todo lo posible para trabajar con ellos».
Tomado de Infobae.com