Omar Rivera: “Las autoridades deben ser intolerantes a los actos ilícitos de los miembros de la Policía Nacional”
Tegucigalpa.- Omar Rivera, coordinador general de la Alianza por la Paz y la Justicia (APJ), manifestó que la impunidad que impera en el país y que permite que actos ilícitos no sean debidamente sancionados, es un factor determinante para que altos oficiales de la Policía Nacional y agentes de escala básica se relacionen en actividades delictivas con los integrantes de maras y pandillas.
“La falta de un riguroso sistema de evaluación e investigación policial limita las capacidades de la institucionalidad pública de darle seguimiento al desempeño de muchos policías que en lugar de prevenir el delito y perseguir a los delincuentes, terminan aliándose con ellos, o convirtiéndose en uno más de esas bandas del crimen organizado” expresó Rivera.
“Un elemento determinante que incidió para que muchos policías resultarán ser cómplices criminales tiene relación directa con la flexibilidad con la cual se permitió hace una década que personas sin el perfil de idoneidad pudieran formar parte de la Policía Nacional; entre 2006 y 2008, casi se duplicó el número de policías y quienes se enlistaron en la institución policial no fueron sometidos a pruebas de confianza y ahí pudieron haberse infiltrado recurso humano de baja calidad y hasta sujetos con nexos al crimen organizado y delincuencia común”, dijo el dirigente de Sociedad Civil.
Rivera, exigió a la Secretaría de Seguridad, Tribunal Superior de Cuentas (TSC) y Ministerio Público (MP), “ejecutar acciones integrales de seguimiento al comportamiento de los oficiales y agentes de la Policía Nacional, a través de procesos de inteligencia e investigación que permitan determinar si los policías, sus parientes o amigos, están relacionados a actividades criminales y corruptas”.
Finalmente, el Coordinador General de la APJ, indicó que “las autoridades deben ser intolerantes a los actos ilícitos de los miembros de la Policía Nacional, ya que ese es el caldo de cultivo que hace multiplicar los actos ilegales. Solamente el 4 % de los delitos son castigados en Honduras; con un 96% de impunidad, cualquier policía se anima a ser malhechor”.