El «clan Lula», una familia en la mira de la Justicia de Brasil por corrupción
Luiz Inácio Lula da Silva tiene un problema serio. Mejor dicho: tiene seis problemas propios y dos ajenos. Es que a las causas por corrupción que se le suman a su historial, ahora debe hacer malabares para que sus hijos no corran la suerte de quienes hasta el momento enfrentaron la justicia por sospechas de corrupción.
El «Clan Lula» como se lo comenzó a conocer es uno de los más salpicados por el escándalo de corrupción que tiene como protagonistas a políticos, dirigentes, ejecutivos de empresas y miles de millones de dólares en coimas, además de un sofisticado mecanismo de lavado de dinero en el cual se pretendió esconder los más resonantes casos de sobornos de la historia de Brasil.
La mayor preocupación del ex presidente y cabeza del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) radica en salvar a su hijo Luís Cláudio de enfrentar la Comisión Parlamentaria de Indagación (CPI) quien lo tiene en la lista para interrogar. Un paso en falso del «filho» del ex sindicalista podría determinar una debacle tanto en el partido como en el gobierno de Dilma Rousseff.
La desesperación de Lula radica en evitar ese espectáculo que podría dejar a su hijo al descubierto. Por eso, Lula comenzó a negociar contrarreloj con sus aliados en el senado para que Luís Cláudio quede afuera de las indagatorias. Será mañana el día en que se votará en comisión si se lo cita.
Luís Cláudio, uno de los más «prósperos» hijos de Lula da Silva, es el dueño de la empresa LFT Marketing Esportivo. Esa firma fue allanada hace unos días por la Policía Federal en el marco de una investigación contra la corrupción en Hacienda. Se trata de la «Operación Zelotes» que investiga sobornos a integrantes del Consejo Administrativo de Recursos Fiscales (CARF).
El hijo del ex mandatario brasileño estaría involucrado en maniobras para que desde ese Consejo reduzcan las multas impositivas impuestas a determinadas empresas. Por esta causa ya hay detenidos: Mauro Marcondes contrató los «servicios» de LFT Marketing Esportivo por 600 mil dólares en 2014. El cerco se cierra sobre Luís Cláudio quien no podría justificar ante la comisión sus propios libros contables y las operaciones que figuran en él.
Pero Luís Cláudio no es el único dolor de cabeza familiar que tiene Lula: «Lulinha», como se lo conoce a Fabio Luís, es uno de los nombres que figuran en la megacausa «Lava Jato», la más escandalosa trama de corrupción de la historia de Brasil.
Afortunado «inquilino» de una propiedad en uno de los edificios más lujosos de San Pablo, «Lulinha» es considerado un «bom vivant» por sus amigos y por aquellos que no entienden la transformación de este nuevo integrante de la oligarquía brasileña. Lejos de sufrir penurias económicas como los «trabajadores» del partido de su padre, Fabio Luis fue señalado por Fernando Soares de cobrar medio millón de dólares para gastos personales. Soares, también conocido como «Baiano» es uno de quienes confesaron las irregularidades que conforman el «Lava Jato».
Pero el jefe del «Clan» tampoco puede bajar la guardia para cuidar a sus vástagos. Envuelto en causas más comprometedoras, el ex presidente y líder del PT debe aclarar ante la justicia por qué actuó como lobista internacional de empresas como Odebrecht, cuyo presidente permanece detenido. Lula viajó a Angola, Ghana, Cuba y República Dominicana -entre otros países- como si fuera empleado de la mayor empresa constructora de Brasil.
Estos tours de Lula le facilitaron a Odebrecht la posibilidad de cerrar millonarios contratos en cada uno de esos países. ¿Cuánto costaron los servicios de Lula da Silva? Eso es lo que investiga la justicia. El principal político brasileño de la última década deberá comparecer ante la Policía Federal por estos movimientos en lo que podría significar su posterior procesamiento.
«Lava Jato» y «Petrolao», como se conocen a las investigaciones por corrupción, están a cargo del juez Sergio Moro, quien ayer interrogó a Renato Duque, uno de los lobistas del PT.
Tomado de Infobae.com