Papa Francisco: “La miseria más peligrosa es la lejanía de Dios”
VATICANO.- Para el Papa Francisco la miseria más peligrosa es la lejanía de Dios. Lo ha dicho esta mañana al recibir en audiencia a la Asociación Comunidad Papa Juan XXIII.
El Pontífice les acogió con alegría y les agradeció sus testimonios que “hablan de esclavitud y de liberación, hablan del egoísmo de cuantos piensan construirse la existencia explotando a los demás y de la generosidad de quienes ayudan al prójimo a liberarse del degrado material y moral”.
“Son experiencias que ponen a la luz muchas formas de pobreza de las que por desgracia está herido nuestro mundo; y revelan la miseria más peligrosa, causa de todas las demás: la lejanía de Dios”, afirmó.
A continuación el Pontífice indicó que es el Señor el que “señala la diferencia entre la libertad del bien y la esclavitud del mal” que puede lograr “obras buenas y traer alegría íntima, capaz de irradiarla también sobre aquellos que nos son cercanos”.
Es por ello que la presencia del Señor alarga los horizontes, cura los pensamientos y las emociones y nos da la fuerza necesaria para superar dificultades y pruebas.
“Allí donde está el Señor Jesús hay resurrección y vida”, dijo también el Pontífice.
“Esta es la miseria ciega de considerar como propósito de la propia existencia la riqueza material, la búsqueda del poder y del placer y de esclavizar la vida del prójimo para conseguir estos objetivos”.
El Papa recordó que la fe “abre la puerta de la caridad haciéndonos que deseemos imitar a Jesús” y “nos da el coraje para actuar con el ejemplo del Buen Samaritano”.
El Papa Francisco alabó el carisma del fundador de la Asociación, P. Oreste Benzi, porque “su amor por los pequeños y pobres, por los excluidos y abandonados estaba radicado en el amor a Jesús crucificado, que se hizo pobre y el último por nosotros”.
El fundador, recordó, se abandonó a la Providencia de Dios, algo que le brotó “de la fe en Cristo resucitado”.
El Santo Padre explicó una de las iniciativas del fundador de la Asociación: la organización de un “encuentro simpático con Cristo” para los adolescentes que llevó a los jóvenes a un “encuentro vital y radical con Él como héroe y amigo”.
La Comunidad Juan XXIII está presente en 34 países con “casas-familia”, las cooperativas sociales y educativas, casas de oración y servicio para acompañar a quienes enfrentan problemas durante la maternidad, así como otras iniciativas.
“La Providencia les ha hecho crecer, probando la vitalidad del carisma del fundador, que amaba repetir que para estar de pie se necesita estar de rodillas”, afirmó.
Por último, invitó a todos a hacer de la Eucaristía el centro de estas “Casas-familia” y de toda la actividad social y educativa”.