Evo Morales busca su tercer mandato en unas elecciones con poca resistencia
La elección presidencial en Bolivia comenzó este domingo a las 8, hora local (12 GMT), en unos comicios generales que definirán la composición de la Asamblea Legislativa y que tienen al actual presidente Evo Morales como favorito de las encuestas para lograr un tercer mandato consecutivo (2015-2020).
Unos 6 millones de bolivianos fueron convocados a las urnas para una votación que se extenderá por ocho horas y en las que se espera una alta participación. Todos los sondeos de la última semana dieron al actual presidente una intención de voto cercana al 60 por ciento, con 40 puntos de ventaja sobre su inmediato contendiente, el empresario centrista Samuel Doria Media, y un 11 del ex presidente liberal Jorge «Tuto» Quiroga. Además reflejaron que cerca de un 20 por ciento de los ciudadanos se mantenían indecisos o votarían en blanco..
Incluso el influyente sector empresarial de Santa Cruz (este), motor económico del país, inicialmente la oposición más dura a la política indigenista, antiestadounidense y estatista de Morales, se ha volcado paulatinamente en su apoyo favorecido por el crecimiento económico y el buen desempeño de los negocios.
Según el FMI, Bolivía podría lograr este año un crecimiento del PBI del 6,5 por ciento, el mayor en la región.
El presidente y líder cocalero, nacido hace 54 años en el seno de una familia aymara y pastor de llamas en su niñez, quiere lograr una ventaja superior al 60 por ciento de los votos para mantener el control absoluto del Congreso y gobernar sin oposición. En las últimas elecciones, en 2009, logró un 64 por ciento.
Sus críticos temen que el dominio de la Asamblea Legislativa pueda llevar a que el gobierno intente una reforma constitucional para incorporar la reelección indefinida, aunque el mandatario dijo que respetará la Carta Magna, que actualmente prevé una sola reelección consecutiva.
La oposición ha cuestionado que Morales volviera a postularse, aunque él alega que debió interrumpir y reiniciar en 2009 su primer mandato (2006-2011) cuando se eliminó la República y se creó el Estado Plurinacional de Bolivia con una nueva Constitución.
La votación se inicia a las 8, hora local (12 GMT) y cierra a las 16 horas (20 GMT), y se espera que por la amplia ventaja que dan las encuestas a Morales se pueda anunciar un resultado decisivo poco después de finalizados los comicios, a los que están convocados unos 6 millones de bolivianos.
El presidente, un férreo defensor de la hoja de coca y furioso crítico de Estados Unidos, vota a primera hora en el Chapare (Cochabamba, centro), una zona cocalera de donde es oriundo. Luego regresa a La Paz para un eventual festejo y mensaje en la noche a sus seguidores desde el Palacio Quemado, la sede del gobierno frente a la histórica Plaza Murillo.
Además de los tres candidatos principales compiten por la presidencia Juan del Granado, un ex aliado de Morales que postula por el Movimiento Sin Miedo, con tres por ciento de intención de voto, y Fernando Vargas, un indígena amazónico ecologista, del Partido Verde, con un dos por ciento en las encuestas.
Las horas previas a la votación mostraron a la ciudad de La Paz con poco clima preelectoral. Casi no hay propaganda de los candidatos en las calles, aunque sí predominan los afiches que destacan las obras públicas del gobierno, como las nuevas carreteras, un moderno teleférico que une La Paz y la vecina ciudad de El Alto, y el primer satélite boliviano, comprado a China, que ha mejorado las comunicaciones en el país.
Con la veda electoral establecida por ley para las 72 horas previas a los comicios, la campaña se centró en las redes sociales donde incluso las últimas horas se lanzaron mensajes confusos sobre la suspensión de las elecciones y supuestos atentados contra Morales, tras jaquearse la cuenta del canal estatal Bolivia TV.
A pesar de esa guerra en medios electrónicos, la Organización de Estados Americanos (OEA) señaló que aguarda una votación «normal y muy participativa», según el jefe de la misión de observadores de ese organismo, el expresidente de Guatemala Alvaro Colom.
Morales basó su campaña electoral en los logros económicos de su gestión y medidas como la nacionalización de los hidrocarburos en 2006, que le dieron cuantiosos recursos al Estado y le permitieron mejorar la distribución del ingreso en beneficio de sectores populares.
Con 10 millones de habitantes, un 62 por ciento de la población de Bolivia son indígenas y campesinos.
La oposición atacó los flancos más débiles del gobierno como la inseguridad, el creciente tráfico de drogas, una pobreza extrema que se mantiene en el orden del 20 por ciento, la desocupación, falta de oportunidades de los jóvenes y la alianza política con Venezuela, Cuba e Irán.