¿Cómo actuar ante un golpe en la cabeza de un niño?
Sufrir un golpe en la cabeza se define en términos médicos como traumatismo craneoencefálico, que puede producir la alteración de la función cerebral, la que generalmente y dependiendo de la causa resulta temporal.
En los niños, su mayor incidencia ocurre entre los seis meses de edad y los seis años. Dentro de los accidentes, el traumatismo craneoencefálico es la causa que con mayor frecuencia determina el ingreso de los niños en las salas de urgencias.
¿Cuáles son los signos o síntomas que marcan que un traumatismo es grave?
Ante un traumatismo craneoencefálico los padres deben vigilar la aparición de las siguientes manifestaciones, las que pueden indicar un mayor compromiso neurológico y por lo tanto la revisión médica inmediata:
– Cambios de conducta (irritabilidad, somnolencia, etc.).
– Alteración del estado de la conciencia ( alerta, sopor, coma, etc.).
– Movimientos anormales (desde alteraciones de los movimientos oculares hasta crisis convulsivas).
– Sangrado en el sitio del golpe.
– Sangrado o pérdida de líquido claro por nariz (epistaxis), oídos (Otorragia) o por la boca.
– Trastornos del equilibrio ( al estar de pie o durante la marcha).
– Hundimientos o deformaciones del cráneo.
– La pérdida del conocimiento por más de dos minutos
– Somnolencia o sueño profundo
Cuando suceda un traumatismo craneoencefálico el pediatra decidirá los estudios que deberán realizarse y el manejo inmediato. Ante la sospecha de fractura de cráneo, se le practicará el estudio radiológico necesario, para confirmar o descartar la misma. La fractura de cráneo generalmente nos hace sospechar que el traumatismo fue intenso y por lo tanto deberá vigilarse de cerca la evolución del niño con el propósito de evitar complicaciones.
El vómito es el signo que se presenta en más de la mitad de los casos, sin embargo por sí sólo no es un indicador de la gravedad del traumatismo, a menos que se presente en forma repetida, incoercible y con gran fuerza, lo que se conoce como vómito en chorro o proyectil, que traduce aumento de la presión dentro del cráneo, condición que puede poner en peligro la vida del niño.
¿Qué debemos hacer los padres?
En forma general cuando sucede el traumatismo craneoencefálico debe evitarse la administración de líquidos, alimentos, o medicamentos, en tanto no sea valorado por el pediatra y el decida su tratamiento.
Recordar que ningún traumatismo es insignificante, por lo que siempre debe consultar a su médico.
Si tu pequeño presenta cualquiera de los síntomas antes mencionados, llévalo al médico de inmediato o consulta a la guardia más cercana.
Durante las primeras 72 horas posteriores al traumatismo deben vigilarse la aparición de los síntomas antes descriptos, sin embargo aunque es menos frecuente, algunas de ellas pueden aparecer después de la primera semana de ocurrido el accidente.
Ante la presencia de somnolencia, se recomienda vigilar el estado de conciencia del niño, lo que obliga a los padres a observarlo durante 20 o 30 minutos después del golpe y detectar oportunamente cualquier cambio en su conducta.
En la mayoría de los casos no es necesario evitar que el niño se duerma, como comúnmente se escucha en forma popular. Pero si es recomendable despertarlo cada dos horas, durante las primeras doce horas para valorarlo, lo que se logra a través de que el niño responda preguntas simples (que diga su nombre, reconozca a sus padres, diga donde está, distinga sus juguetes preferidos, y que su equilibrio y marcha sean normales)
Cuando se presente una herida, usted aplicará presión directa sobre la misma y hielo, en caso de que no deje de sangrar será necesario que el pediatra la revise y decida la conducta. Ante la aparición de un chichón o hematoma aplicar hielo durante 20 minutos.