Restos de 8 hondureños ejecutados en México serán repatriados la próxima semana
Los restos de 8 hondureños que fueron ejecutados en mayo del 2012, en la masacre de Cadereyta, Nuevo León, México, serían repatriados la próxima semana y enviados a sus lugares de origen en Honduras, informaron fuentes ligadas a sus familiares.
Sin precisar la fecha en que serán repatriados, los familiares esperan que los restos de sus seres queridos sean tratados con toda la dignidad que se merecen.
Entre las víctimas figuran Fabricio Anabel Suazo, Javier Edgardo Tejeda, Ramón Antonio Torres, Mauricio Francisco Suazo, Elmer Said Barahona, todos originarios del departamento de La Paz.
A la lista se suman Heber Josué Gonzalez y José Enrique Velásquez, de La Villa de San Antonio, Comayagua y Leonel Dagoberto Rivera, de San Esteban, Olancho.
Los 8 migrantes hondureños fueron ejecutados el 13 mayo del 2012, en la masacre de Cadereyta, Nuevo León, México, donde murieron en forma violenta otras 41 personas.
“Sabemos que ha pasado mucho tiempo desde su muerte y que posiblemente sus cuerpos estén mutilados, sin embargo, exigimos que los restos de nuestros familiares sean repatriados en ataúdes normales para poderles dar un entierro digno”, dijo Patricia Suyapa Suazo, pariente de una de las víctimas.
El pasado 15 de julio, los familiares de 8 los hondureños, muertos violentamente hace más de 26 meses en Nuevo León, México, se reunieron con el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, Roberto Herrera Cáceres, quien ha hecho las gestiones correspondientes para darles un recibimiento digno.
Se espera que los cuerpos de los 8 hondureños sean repatriados la próxima semana como se lo han asegurado a los familiares de las víctimas tanto autoridades hondureñas como de México.
Herrera Cáceres considera que se les debe dar una repatriación digna, lo más pronto posible, para satisfacción de sus familiares.
En su criterio cualquiera que haya sido la circunstancia, son seres que murieron con toda su dignidad y los hondureños así debemos recibirlos como tal.
En su visita al CONADEH, los familiares denunciaron el trauma que han tenido que vivir durante más de 26 meses en espera que los restos de sus parientes sean repatriados de México.
Al parecer, retrasos administrativos para el proceso de exhumación impidió que a la fecha los familiares no hayan recibido los restos para darles cristiana sepultura.
Vitalina Velásquez, pariente de una de las víctimas reveló que debido a esa situación traumática su salud física y mental y la de los otros familiares se han deteriorado durante estos 26 meses de espera, angustia y dolor.
La misma situación enfrenta Adela Zelaya, madre de otra de las víctimas, quien con sus ojos llenos de lagrimas relató los momentos difíciles que está pasando, de dolor y angustia por la muerte violenta de su ser querido.
El 17 de diciembre del 2013, en el consulado de México en Tegucigalpa, los familiares de las víctimas fueron notificados de la identificación de sus familiares a través del resultado del ADN.
Las notificaciones fueron realizadas en el marco del convenio de colaboración para la identificación de los restos localizados en San Fernando, Tamaulipas y en Cadereyta, Nuevo León que se llevó a cabo por conducto de una comisión forense integrada por la Coordinación General de Servicios Periciales y un Equipo Argentino de Antropología Forense.
Dicho convenio, suscrito por la Procuraduría General de la República en conjunto con diversas organizaciones de la sociedad civil, fue publicado el 04 de septiembre de 2013 en el Diario Oficial de la Federación, en México.
El objetivo principal del convenio era identificar y determinar la causa de muerte de diversos restos que pudieran estar relacionados con homicidios de migrantes, como los 72 localizados el 23 de agosto de 2010 en San Fernando Tamaulipas.
Además, un mínimo de 193 restos localizados entre abril y mayo de 2011 en fosas clandestinas de San Fernando, Tamaulipas y los 49 cuerpos localizados en Cadereyta, Nuevo León, el 14 de mayo de 2012