Ocho remedios caseros para reducir la fiebre en los niños
Diversos estudios científicos han advertido acerca de la prescripción innecesaria de medicamentos que reduzcan la temperatura a los niños. En especial si existen antecedentes de enfermedades familiares u otros factores de riesgos.
La fiebre es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo contra ciertas infecciones. Algunos pediatras y médicos en general explican que cuando la fiebre no es muy alta, no es mala por sí misma; sino lo contrario, indica que el cuerpo está sano e intenta recuperarse lo más pronto posible.
Es decir la fiebre juega un papel de anticuerpo regulatorio al intentar eliminarla “a fuego lento”. De modo que, cuando se ingiere un fármaco para quitar este mecanismo, se contrarresta ese efecto normalizador.
Por consiguiente, los expertos en la salud recomiendan sólo administrar el medicamento para evitar mayores riesgos, en vez de combinar diversas pastillas como parte del tratamiento (en especial si no fue recetado por un médico).
De acuerdo con la American Academy of Pediatrics y la Asociación Española, existe evidencia científica de que combinar fármacos para reducir un síntoma que no requiere tratamiento, carece de eficacia, o incluso también puede existir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas o asma, problemas en el hígado o los riñones.
Pero recuerda que este tipo de riesgos dependerá de los antecedentes familiares o si el individuo presenta otros factores. En una publicación en The Lancet se explica que para poder continuar con algún tratamiento, es importante una evaluación médica, ya que así se determinarán los riesgos al consumir cualquier tipo de medicamento.
Entonces, ¿cuáles son las alternativas para disminuir la fiebre a nuestros hijos?
Son ocho remedios caseros que podrán no sólo controlar el síntoma de la enfermedad, sino también podrán relajar un poco a la persona enferma:
– Quítale la ropa para que el calor pueda dispersarse, y evitar así que el aire lo enfríe.
– Que no esté en una zona demasiado caliente ni demasiado fría. En una temperatura promedio para mantenerlo a la temperatura del ambiente.
– Bañarlo para que entre en contacto con agua a menor temperatura. Recuerda que el cambio debe ser gradual, por lo que no se recomienda meterlos al agua completamente fría.
– Utiliza compresas frías en su frente, nuca, muñecas. A medida que la sangre va circulando, también va bajando un poco la fiebre.
– Que tome mucha líquidos, ya que así se rehidratará. No importa si son jugos, agua, caldos, suero oral o leche materna, pero el objetivo es que recupere el agua que ha perdido al estar sudando.
– Mantenerlo en actividades tranquila, evitando aumentar la temperatura corporal ni sudar.
– Una infusión de girasol puede ayudar a bajar la fiebre. ¿Cómo se hace? Se hierve agua, se ponen pétalos secos de la flor de girasol y se deja reposar durante 10 minutos. Se filtra la mezcla y se le añade azúcar o miel.
– Dale muestras de cariño y amor. Lo harán sentir cómodo y seguro, generando una sensación de bienestar.
Recuerda que, como ocurre con la mayoría de los fármacos, la mejor opción es consultar al médico antes de consumirlos. Además que, las sensaciones de bienestar y amor podrán ayudarles a recuperarse lo más pronto posible. De lo contrario, Robert Owen no hubiera dicho: “Para conservar la buena salud en forma permanente, el estado de ánimo debe ser tomado en cuenta”.
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