BID lanza programa regional para la resiliencia ante desastres

Preparados y Resilientes en las Américas mejorará la preparación, respuesta y recuperación ante desastres en América Latina y el Caribe.
SANTIAGO – El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó hoy Preparados y Resilientes en las Américas, un programa regional diseñado para aumentar la resiliencia de América Latina y el Caribe ante el riesgo de desastres, que cada año impacta negativamente las economías y la calidad de vida en la región.
El programa ampliará y reforzará el trabajo del Banco en esta área cada vez más crítica.
Preparados y Resilientes en las Américas busca afianzar la colaboración regional para incrementar la resiliencia, mejorar la preparación, asegurar una respuesta ágil y efectiva, y fortalecer la protección financiera ante los desastres. Como parte de esta gestión proactiva, el BID destinará US$10 millones de financiamiento no-reembolsable al programa entre 2025 y 2030. Esto es adicional al financiamiento y la cooperación técnica que el BID brinda a los países.
Durante el evento de lanzamiento que tuvo lugar hoy en una sesión plenaria con los Gobernadores del BID y BID Invest en las Reuniones Anuales de 2025, el presidente Ilan Goldfajn, y el ministro de Hacienda de Chile, Mario Marcel, enfatizaron la importancia de este programa para abordar de manera más efectiva los desastres naturales que están afectando a la región. Chile es copatrocinador de esta iniciativa y ha sido clave en su puesta en marcha e impulso de esta iniciativa. Hasta la fecha, 37 países miembros han firmado la declaración de adhesión a este programa.
“Fortalecer la resiliencia ante los desastres naturales ya no es opcional; es una necesidad. La iniciativa Preparados y Resilientes en las Américas busca reforzar la preparación ante desastres en nuestra región, dotando a los países de mejores datos y herramientas, promoviendo una respuesta regional coordinada y cerrando la brecha de financiamiento mediante el respaldo a bonos de resiliencia y otros instrumentos de transferencia de riesgos”, afirmó el presidente Goldfajn.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, sostuvo que «tras los devastadores incendios forestales e inundaciones que han afectado recientemente a Chile y a muchos países de América Latina y el Caribe, acudimos al BID con la convicción de que la preparación y la resiliencia ante desastres deben ser una prioridad. Hoy celebramos el lanzamiento de Preparados y Resilientes en las Américas y estamos orgullosos de participar y aportar activamente a esta iniciativa vital para la región y así poder contar con un programa que abarque la gestión de los desastres naturales de manera integral. Hay que pensar que estas emergencias tienen un componente de prevención, pero también uno de acción. En Chile sabemos bien sobre esto, en los últimos años nos ha tocado enfrentar incendios, inundaciones, antes hubo terremotos. Y es un fenómeno que se repite en los países vecinos, por ende, tenemos que ser capaces de actuar articuladamente, con un foco colaborativo y de contención».
América Latina y el Caribe es la segunda región más propensa a desastres en el mundo. En 2024, enfrentó 74 desastres de gran magnitud que afectaron a cerca de siete millones de personas y causaron daños económicos estimados en US$10.000 millones.
Preparados y Resilientes en las Américas cuenta con el respaldo de 16 socios estratégicos del sector privado, organizaciones no gubernamentales e internacionales. Esta alianza es clave para impulsar innovaciones tecnológicas, fomentar la colaboración con el sector público en la disposición anticipada de bienes y servicios y co-diseñar soluciones financieras que optimicen costos y mejoren la preparación y la respuesta ante emergencias.
El programa se compone de tres pilares clave. El primero se enfoca en poner a disposición de los países herramientas avanzadas para evaluar mejor los riesgos y sus costos asociados. Además, impulsará la innovación tecnológica para mejorar la precisión de los sistemas de alerta temprana y la protección social adaptativa, enfocada en brindar apoyo a los grupos más expuestos y afectados por fenómenos naturales.
Bajo el segundo pilar se establecerá una red de colaboración entre países, redes subregionales, organismos internacionales y el sector privado para garantizar el acceso y coordinación de servicios y bienes necesarios, permitiendo una respuesta rápida y efectiva cuando se produce una catástrofe y la disponibilidad de tiempo es limitada.
El tercer pilar consiste en promover instrumentos financieros innovadores para fortalecer la resiliencia y la capacidad económica de los países para enfrentar las catástrofes. Esto incluye el apoyo a la emisión de bonos de resiliencia, bonos catastróficos, swaps y la exploración de mecanismos regionales para reducir costos y aumentar la cobertura de productos de seguros en los sectores de agricultura e infraestructura.