Al 6 o 7% bajaría inflación en 2023 según Programa Monetario del BCH
El Directorio del Banco Central de Honduras aprobó el Programa Monetario 2023-2024 a recomendación de la Comisión de Operaciones de Mercado Abierto (COMA), el cual contiene la evolución y las perspectivas económicas nacionales e internacionales, así como los lineamientos y medidas de política monetaria, crediticia y cambiaria a implementarse en un horizonte de dos años, contribuyendo en la formación de las expectativas de los agentes económicos sobre la trayectoria esperada de las principales variables macroeconómicas del país.
En el contexto internacional, según el World Economic Outlook (WEO) del Fondo Monetario Internacional (FMI) de abril de 2023, se prevé una desaceleración del crecimiento mundial para 2023, debido al endurecimiento simultáneo de las políticas para contener la elevada inflación, condiciones financieras más restrictivas, las continuas perturbaciones ocasionadas por el conflicto Rusia-Ucrania, la menor confianza de los consumidores, aunado a las recientes vulnerabilidades del sector bancario y los temores de contagio en el sistema financiero.
En tanto, para 2024 se espera una recuperación gradual de la actividad económica mundial y moderación de la inflación. En ese sentido, se proyecta una disminución en los precios de la mayoría de alimentos, materias primas y combustibles para ambos años, debido en gran parte a la desaceleración en el crecimiento económico mundial; no obstante, según los promedios históricos, estos precios seguirían siendo elevados y volátiles, lo que prolonga los desafíos asociados a la reducción de la inflación.
En el contexto nacional, el BCH prevé un buen desempeño de la economía hondureña en 2023, proyectando tasas de crecimiento en un rango de 3.5% a 4.0%, sustentado por la evolución del consumo privado apoyado por los ajustes salariales, comportamiento favorable de las remesas familiares y el crecimiento del crédito, así como mejora de la Inversión Pública dirigida principalmente a programas y proyectos del sector energía, infraestructura vial, productiva y social, complementado con el mayor gasto social focalizado. Por su parte, se espera una desaceleración de las exportaciones producto del debilitamiento de la demanda externa.
Para 2024, la actividad económica mantendría el dinamismo similar al previsto en 2023; debido al mayor consumo privado, destinado principalmente a la compra de alimentos y bebidas, dado los mayores ingresos de las empresas y hogares; el impulso de la inversión privada por la mayor ejecución de proyectos; aumento de la Inversión Pública, producto de los avances previos en las etapas de factibilidad de los proyectos de infraestructura y la aceleración de las exportaciones derivado de la mayor demanda externa del banano, camarones, tilapias, melones, sandias y bienes manufacturados (prendas de vestir y arneses).
En cuanto a la inflación, los pronósticos más recientes del BCH, al incorporar los factores determinantes de la inflación, indican que ésta continuaría reduciéndose en el transcurso de 2023 a medida que se desvanezcan los choques de oferta global (incremento en los precios de los combustibles, mayores costos de fletes, incrementos de materias primas), previendo que se mantenga por encima del límite superior del rango de tolerancia establecido por el BCH (4.0 % ±1.0 pp) para dicho año y retornado al mismo durante el 2024; no obstante, dichos pronósticos presentan riesgos considerando la persistencia y volatilidad de los choques de oferta.
Respecto al sector externo, las remesas familiares continuarían siendo la fuente principal de ingresos de divisas al país, estimando un crecimiento interanual de 8.5% para 2023 y de 8.0% para 2024, asociado al comportamiento previsto en el mercado laboral estadounidense, país del cual provienen principalmente dichos flujos. Por su parte, las exportaciones en 2023 mostrarían un menor dinamismo respecto al año previo, en línea con la desaceleración esperada de la actividad económica mundial, recuperándose en 2024.
Respecto a las importaciones mostrarían un menor crecimiento para ambos años, asociado a la menor demanda agregada interna, así como a la disipación prevista en los choques de precios registrados en 2022.
Como resultado de lo anterior, el déficit en cuenta corriente se situaría en 3.8% del PIB para 2023 y 3.5% del PIB para 2024, destacando que la posición externa del país se mantendría fortalecida, al mostrar una cobertura igual o mayor a cinco meses de importación de bienes y servicios, ubicándose por encima de los parámetros internacionalmente aceptados.
En lo referente a la política crediticia, el Gobierno continuará impulsando mejores condiciones financieras de los créditos, con mayores plazos y tasas de interés preferenciales, incremento en los montos máximos otorgados para los sectores agropecuarios, Mipymes a través de Banadesa y Banhprovi, así como los programas de vivienda de clase media y social.
Bajo este contexto, se prevé que el crédito al sector privado continúe siendo un factor que dinamice la actividad económica, estimando para el cierre de 2023 y 2024 un crecimiento de 15.0% y 11.0%, en su orden; ayudando a financiar la mayoría de las actividades económicas del país. En cuanto a los depósitos del sector privado se estima mantengan un buen dinamismo, no obstante, en menor medida con relación a los flujos interanuales mostrados en los tres años previos, denotando normalización en su comportamiento; es así, que se estima que denoten un crecimiento de 11.5% y 10.2%.
Respecto a la política cambiaria, el BCH aprobó medidas encaminadas a mejorar la certidumbre y equidad en la asignación de divisas para los distintos agentes económicos y la población en general, reactivando la subasta de divisas, mecanismo que permitirá atender la demanda de acuerdo a los ciclos de la actividad económica y la estacionalidad de los flujos de divisas.
El BCH continuará evaluando el entorno macroeconómico prevaleciente, caracterizado por una mayor desaceleración de la actividad económica mundial y la reducción de las presiones inflacionarias globales, así como el desenvolvimiento de los escenarios descritos que estarían determinando las decisiones de política monetaria y cambiaria que el BCH adoptaría.
El BCH continuará ejecutando su política monetaria, utilizando activamente las Operaciones de Mercado Abierto, con el fin de mantener niveles de liquidez del sistema financiero congruentes con la estabilidad de precios y de la actividad económica del país. A su vez, el BCH continuará utilizando la Tasa de Política Monetaria como variable de señalización para el mercado de dinero y la gestión del crédito, contribuyendo a propiciar un entorno macroeconómico estable.