Crean “delivery solidario” para dar alimentos y prevenir contagios por coronavirus
Redacción ACI Prensa
Algunas comunidades y parroquias en Chile han encontrado una ingeniosa forma para entregar alimentos y disminuir el riesgo de contagio por coronavirus: el “delivery solidario”.
Como consecuencia de la cuarentena decretada en marzo, miles de personas perdieron sus fuentes de trabajo y como consecuencia hoy padecen hambre.
Para hacer frente a esta necesidad, las parroquias y comunidades junto a los barrios, instituciones y organizaciones de la sociedad civil se han organizado para levantar comedores solidarios y ollas comunes.
De esta forma, se logran alianzas como la desarrollada por la parroquia Inmaculada Concepción de la comuna de Punitaqui, en la Arquidiócesis de La Serena, en conjunto con la municipalidad y la iglesia evangélica Asamblea de Dios Misión Brasileña.
Desde hace un mes los voluntarios católicos y evangélicos cocinan con los alimentos proporcionados por la municipalidad, logrando 60 almuerzos diarios que luego son entregados en varias casas, la mayoría de ancianos.
“Nos unimos como comunidad de hermanos para acudir donde están necesitando urgentemente un plato de comida. Hay mucha gente que está sufriendo, sin trabajo y sin la posibilidad de suministrar lo básico para sus familias, sobre todos los adultos mayores”, explicó el párroco de la Inmaculada Concepción, P. José Pérez.
Desde la Arquidiócesis de Santiago, los feligreses de la parroquia San Alberto de Sicilia en la comuna de Recoleta, realizan dos veces a la semana pan amasado y los distribuyen pasada las 6:00 p.m. a los vecinos más necesitados.
La comunidad gestionó un aporte económico para dos personas que estaban sin trabajo. De esa forma, elaboran 400 unidades de pan con unos 25 kilos de harina.
El párroco del lugar, P. Ignacio Gramsch, manifestó su alegría por “tantas sonrisas en la gente que recibe el pan”. “Siempre les decimos: Esto te lo manda Jesús y la gente se pone contenta. El pan es regalado. Nosotros no cobramos nada”.
Otra instancia destacada es la colaboración de la empresa Ariztía que va en ayuda directa de la parroquia San Antonio de Padua en la comuna de San Ramón.
En coordinación con Cáritas Chile, unos siete voluntarios preparan unos 300 almuerzos. Alrededor de 190 son entregados en los domicilios de quienes están enfermos por COVID-19 y el resto es entregado a personas sintecho y otros.
Otra empresa que realiza una donación importante para ollas comunes en Rancagua, San Bernardo y Melipilla es la de COPEC.
La entrega de canastas de alimentos también es una iniciativa que se desarrolla en la mayor parte de las diócesis de Chile.
A modo de ejemplo, la parroquia Nuestra Señora de los Dolores y Santuario San Sebastián, en la Diócesis de Temuco, ayudan a unas cien familias con alimentos, leña para pasar el frío y cocinar, e incluso con aportes económicos para las cuentas básicas.
En tanto, la campaña de recaudación económica “Cinco panes y dos peces” de la Diócesis de San Bernardo y Rancagua, ha logrado llegar a mil familias con alimentos no perecibles, de un total de cinco mil que esperan ayuda.