Presidente Hernández e iglesias Católica y Evangélica invitan a Jornada de Ayuno y Oración para afrontar el coronavirus
Tegucigalpa. Las iglesias Católica y Evangélica de Honduras invitaron hoy, junto al presidente Juan Orlando Hernández, a una Jornada Nacional de Ayuno y Oración que se realizará el próximo jueves en busca de sabiduría y fortaleza para afrontar la pandemia del COVID-19.
El mandatario, junto a la primera dama, Ana García de Hernández; el representante de la Pastoral Juvenil de Tegucigalpa, presbítero Javier Martínez, y el de la Confraternidad Evangélica de Honduras, pastor Oswaldo Canales, anunciaron la jornada en comparecencia de prensa en Casa Presidencial y aprovecharon para orar por Honduras.
La Jornada Nacional de Ayuno y Oración se realizará el próximo jueves; será transmitida por TNH, Canal 8, y podrá ser seguida también por medio de redes sociales en cada casa, en todo el país, ya que no será una reunión presencial para evitar problemas de posibles contagios del coronavirus.
El presidente Hernández reconoció que “el problema al que nos enfrentamos es grande, y estamos librando una batalla con un enemigo que era desconocido para nosotros. Un enemigo que aún no entendemos del todo; sin embargo, hemos visto el daño que ha causado en Asia y en Europa, y ahora en América”.
También insistió en que “debemos prepararnos con todas nuestras capacidades para vencerlo y prevalecer”.
Es necesario adelantarse
El gobernante expuso que la experiencia ha permitido saber que “debemos adelantarnos para no permitir que llegue la mayor intensidad del brote epidémico, que lo aconsejable es tomar medidas duras y lo más pronto posible, para poder frenar el avance del virus por medio del contacto”.
Como nación “haremos lo necesario para detener el avance de esta epidemia, y va a requerir de sacrificio, de mucha disciplina, de mucho amor al prójimo, y también de solidaridad, solidaridad entre todos, pero igual con los más vulnerables”, señaló.
Existe la voluntad necesaria para enfrentar con éxito este enorme reto -manifestó- aunque ante tal magnitud de peligro que representa el COVID-19 “es necesario solicitar la ayuda del mayor poder que conocemos, el de nuestro Señor Jesucristo y que siempre nos ha protegido en momentos de dificultad y crisis que hemos sufrido los hondureños”.
Hernández dijo que espera que en la Jornada Nacional de Ayuno y Oración “participen todos los hondureños sin distinción, para pedir por el presente y futuro de nuestra nación”.
La participación de todos los hondureños
El mandatario solicitó que todos los hondureños sean parte de la Jornada de Oración y Ayuno, y “puedan ser guiados por los representantes de las iglesias, evangélica y católica, esperando que ninguna familia deje de orar y de pedirle al Señor, y acompañar su suplica al Creador para que nos guarde y nos proteja, para que con su guía divina y nuestro esfuerzo salgamos victoriosos de esta plaga”.
Manifestó que el Señor es todopoderoso y por eso dice en “Crónica 7:13-15: si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo, si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y bucare mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos, entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra”.
“También estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar”, citó Hernández para luego expresar: “Es decir que él nos escucha si le oramos de corazón; por eso queremos invitar a todos los hondureños, que en esta hermandad a través de Cristo nos unamos este próximo jueves en una Jornada de Ayuno y Oración”.
Medidas deben ser asumidas con humildad
El representante de la Pastoral Juvenil de Tegucigalpa, presbítero Javier Martínez, expresó que “es una responsabilidad que Dios ha puesto, la vida, y, por tanto, que todo esfuerzo que vaya en bien de este don debe ser asumido de una manera humilde, con la sencillez necesaria y con la prudencia respectiva”.
Martínez dijo que por eso en estos días se conoció el eslogan “nunca se había visto que salvar una vida se da con una acción tan pequeña: quedarnos en casa”.
“Salvar vidas es parte de nuestra co-responsabilidad, y por eso debemos pedir a Dios fortaleza, paciencia, para poderla cumplir”, señaló.
Exhortó a que en este tiempo de incertidumbre, de temor y de prueba, de oscuridad en medio de la pandemia del COVID-19, “dirijamos nuestra oración a Dios, invocando el Salmo 50”.
El bien común y el amor al prójimo
El pastor de la Confraternidad Evangélica, Oswaldo Canales, indicó que “orando en todo tiempo con oración y súplica y velando en ello con toda perseverancia, pero clamaron a Jehová en su angustia, y los libró de sus aflicciones”.
También agregó: “Y envió su palabra, y los sanó, los libró de la ruina”.
“Lo que el Señor hizo en el pasado, lo puede hacer hoy; solamente se necesita un pueblo, con una visión de conjunto y que se humille delante de Dios y con mansedumbre, reconociendo nuestras limitantes”, expresó.
Canales dijo que “se han tomado medidas pensando en el bien común y el amor al prójimo y hay que ver esto como una oportunidad para salvaguardar la salud del pueblo y para buscar la unidad, aprender a amarnos los unos a los otros, dejando a un lado toda indiferencia porque todos somos hondureños”.