“Expulsaremos del fútbol a las maras y pandillas”: Presidente Hernández:
El presidente Juan Orlando Hernández ratificó que su Gobierno tiene como objetivo expulsar a las maras y pandillas de las barras del fútbol, como una medida para garantizar la seguridad de la población en los estadios.
En comparecencia de prensa realizada en Casa de Gobierno, Hernández ratificó que no dará marcha atrás y aseguró estar preparado para el debate que pretende organizar cierto sector de la sociedad sobre la supuesta violación a derechos humanos que se realizaría por parte de la institucionalidad al no permitir el ingreso de las maras y pandillas, por medio de las barras, a los espectáculos deportivos.
Por la importancia del tema, a continuación el mensaje textual del presidente de la República:
Ante las especulaciones que se han suscitado a raíz de nuestra posición hoy en una reunión de la Secretaría de Seguridad, que no vamos a permitir que los mareros peligrosos entren a los estadios, o pertenezcan a las barras, argumentando que son violaciones a derechos humanos, quiero reiterar hoy aquí: vamos a expulsar, a sacar y a eliminar de las barras, de los estadios, a los mareros peligrosos.
Quiero ser preciso: en esta reunión de hoy, con personeros de la Secretaria de Seguridad, la Policía Nacional y diversos sectores ligados al balompié nacional, lo que hicimos fue buscar garantizar la seguridad en los estadios del país, para alentar el fútbol, para que esta gente criminal violenta no regrese a ser parte de algo que debería ser sagrado, el deporte.
Entre los acuerdos se determinó realizar un censo, y este censo es clave y no es cualquier cosa; ese censo es para tener identificados a todos los miembros que integran las barras de los equipos de la Liga Nacional y eso deberá estar terminado en un mes.
¿Quiénes van revisar ese censo?
La Policía Nacional, la Policía Militar de Orden Público, las Fuerzas de Inteligencia y la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas, para identificar después de esa revisión quiénes son peligrosos, que puedan tener antecedentes penales y policiales, que tengan juicios pendientes, pero también que de igual manera se demuestre, que son altamente peligrosos aunque no hayan sido condenados o no tengan juicios pendientes.
¿Por qué es eso importante?
Porque si usted observa la conducta de alguien en redes sociales, usted puede determinar el nivel de peligrosidad o su actuación como promotor de actos violentos; lo que tenemos que hacer es proteger a la ciudadanía.
Y en base a esto, para nadie es desconocido que estas estructuras criminales de las maras y pandillas han infiltrado las barras de los equipos; nadie puede engañarse en eso, nadie puede desconocer, razón por la que en los últimos años se trasladó de los barrios y colonias la brutalidad con la que se enfrentan estos dos grupos rivales a los estadios y a las afueras de los estadios, y donde frecuentemente se registran enfrentamientos con muertos y heridos de gravedad.
Muertos fueron cuatro en este último enfrentamiento, pero heridos fueron más de 15 y eso no ha sido nuevo, viene desde hace mucho tiempo.
El sentir y pensar de la sociedad hondureña fue sacudida en lo más profundo de sus sentimientos y sensibilidad con los acontecimientos del sábado, pero no solo fue por los acontecimientos del sábado, fue por lo que se logró registrar por las cámaras del 911 y personas particulares, esos hechos que reflejan de manera cruda la forma diabólica del actuar de maras y pandillas, y eso evidencia el peor desprecio e irrespeto a un ser humano y a la vida.
Estas imágenes solo son un reflejo del terror, del horror al cual por años la MS 13 y la Pandilla 18, entre otras, han sometido a nuestros ciudadanos, en medio de la intimidación, la zozobra y el silencio que tienen que guardar las víctimas.
Lo perverso y lo malvado que son estas estructuras al momento de hacer daño o asesinar a sus víctimas se refleja en que las someten al peor de los terrores, la tortura, hasta llegar al degollamiento, la mutilación, en fin, hasta extraer órganos. Eso no es posible, eso debe ser condenable y reprochable en cualquier momento y no podemos esconder que eso que ocurre en las afueras de los estadios ha ocurrido en muchos lugares de Honduras, en barrios y colonias y la gente tiene que vivir atemorizada.
Estas imágenes que hemos visto recientemente, créanme, y lo digo sin la intención de dañar la sensibilidad, las observamos con frecuencia en los informes que recibimos de nuestros cuerpos de seguridad; son muertes atroces, que ni en las guerras convencionales se registra tanto irrespeto a la vida.
Incluso, es sorprendente tanta humillación humana a la que son sometidos los cadáveres de las víctimas, una acción totalmente ofensiva e indignante y no podemos permitirlo.
No bastando, esta acción diabólica es perpetrada con total sadismo; incluso los hechores ejecutan a sus víctimas frente a sus propios hijos, de eso estamos hablando, y mucha gente sabe que en sus barrios y colonias ocurre eso y no pueden decir nada. Y eso lo han trasladado al fútbol. Ese es el tema de fondo.
Lo que se reflejó ese día sábado, y aunque muchos medios no quisieron transmitir, el punto es que eso ocurre en muchos lugares, en barrios y colonias y en comunidades.
Por eso yo quiero insistir hoy nuevamente y lo voy a llevar otra vez a la Organización de las Naciones Unidas: vamos a pedir que los grupos no estatales que violentan los derechos fundamentales de los hondureños y de cualquier ser humano en cualquier rincón del mundo, deben ser considerados violadores de los derechos fundamentales.
Porque ¿cuál es la diferencia de una actividad violenta y diabólica como esta, a las acciones de los yihadistas?, y eso lo dije en Naciones Unidas, y lo vuelvo a repetir. En ese sentido tenemos que seguir acudiendo y lo planteamos en la OEA, y no voy a descansar hasta que se entienda con claridad de lo que estamos hablando.
Y a los hondureños les digo; no podemos ser insensibles a lo que se vive en ciertos barrios y colonias, lo que ha vivido por años la gente, bajo el terror de las maras y pandillas. Se vio masivamente eso a raíz de eso video del sábado y otros lo han vivido en carne propia. Y esa es la realidad.
Por eso esas personas no pueden ser parte del mundo del fútbol en los estadios. No pueden ser parte de las barras. Eso solo fue una muestra, y no tengo palabras para explicarles lo que he visto en videos, en fotografías y en descripciones de informes sobre lo que estos tipos son capaces de hacer.
En ese sentido, quiero reiterar que Honduras solo tiene dos caminos: el camino bueno y el camino malo, y debemos seguir el camino bueno, el camino con sentido cristiano.
El ‘no matarás’ debe ser algo permanente en la casa, en la escuela y en cualquier lugar donde estemos reunidos, como un mandamiento que nosotros debemos respetar siempre. Digo esto porque sé que vendrá una campaña argumentando que se violan derechos a estas personas, pero estamos protegiendo al pueblo hondureño y estoy listo para ese debate.