Venezuela, la peor tragedia migratoria de toda América
Venezuela está hundida en una colosal crisis económica, con escasez de alimentos y medicinas, colapso del sistema de agua y electricidad y una fuerte caída de su producción petrolera. Unas 3,7 millones de personas abandonaron el país en los últimos años, de las cuales 1,2 millón viven ahora en Colombia, según un informe del Banco Mundial que le puso números a una crisis humanitaria sin precedentes en la región.
CARACAS.- Las proyecciones para este año son nuevamente pavorosas para Venezuela: sufrirá una contracción de 25% del PIB (acumulada de 61% desde 2013), una hiperinflación de 10.000.000%, y un desempleo de 44,3%, de acuerdo con las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) divulgadas el martes pasado.
La debacle socioeconómica ha venido de la mano del autoritarismo creciente de un régimen que ya no guarda ni siquiera las formas de la democracia. Ante el drástico deterioro de las condiciones de vida, y la ausencia de canales institucionales para buscar una alternativa política, la única vía de escape que les queda a los venezolanos para salvarse es irse de su nación.
En los últimos años, unos 3,7 millones de personas abandonaron el país, de los cuales 1,2 millón viven ahora en Colombia, según los datos de un impactante informe difundido este viernes por el Banco Mundial (BM).
“La masiva y rápida migración desde Venezuela presenta hoy un desafío humanitario y de desarrollo sin precedentes para la región”, dijo Axel van Trotsenburg, vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe.
El organismo multilateral presentó un mapa que muestra gráficamente las rutas seguidas por los desesperados. La gran mayoría sale por el sudoeste, a través de los distintos pasos fronterizos legales e irregulares que hay con Colombia. Muchos se quedan en dicho Estado, pero otros siguen hacia el sur.
Todos los que continúan el peregrinaje por ese itinerario atraviesan Ecuador, donde ya hay 221.000 venezolanos. El resto pasa a Perú, donde al momento están al menos 708.000. Allí se produce una bifurcada. Una corriente sigue por la costa y entra a Chile, donde los migrantes suman 288.000.
La otra corriente ingresa a Bolivia por el norte, pero muy pocos se quedan: sólo unos 5.000. El resto atraviesa todo el país y sigue su paso hasta Chile. La gran mayoría va hasta Santiago.
Los que no se quedan, cruzan la Cordillera de los Andes rumbo a Argentina, que ya recibió a 130.000. Un pequeño contingente va hasta la provincia de Entre Ríos, y desde allí atraviesa algunos de los puentes binacionales en busca de encontrar un lugar para vivir en Uruguay. Más de 7.000 km separan a Caracas de Montevideo, y muchos hacen buena parte de esa ruta caminando y en vehículos precarios.
Otra ruta parte del sudeste de Venezuela, por la frontera con Brasil. No son tantos los que se quedan allí en términos comparativos: son 96.000, poco en relación al tamaño del país. En el interior brasileño se producen dos bifurcaciones. La primera es en el norte: un contingente importante ingresa a Guyana, donde viven 36.400. Los demás siguen hacia el sur.
La segunda división es en la frontera con Bolivia. Algunos entran y de allí van Chile. Otros, siguen avanzando hasta Paraguay, el país de Sudamérica que menos venezolanos recibe: sólo 500 están radicados. El grueso sigue hasta Argentina y Uruguay.