Capturan a dos mujeres que prostituían a niñas
Tegucigalpa.- Dos mujeres que supuestamente prostituían menores de edad fueron capturadas por las Autoridades de la Sección de Delitos Especiales de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), en el municipio de Valle de Ángeles.
Según las autoridades, estas dos féminas engañaban a las jovencitas de esa comunidad ofreciéndoles dinero y otros regalos, pero al final las llevaban a tener relaciones sexuales a cambio de fondos económicos.
Las ciudadanas capturadas corresponden al nombre de a Delmis Rosa Pino Cruz de 33 años de edad quien supuestamente es la responsable de contactar al cliente y establecer el cobro que prestan las adolecentes a quienes tiene en su poder.
Por su parte, la otra mujer de nombre Mildan Dasari Gálea Martínez de 23 años es la encargada de reunir y llevar a la niña hasta donde el cliente que la solicita y una vez que haya realizado el trabajo hace el cobro del dinero para repartirlo.
Esta información la confirmó el vocero de la DNIC, Aníbal Baca, quien agregó que estas las dos detenidas pertenecen a una red de trata de personas que opera en la ciudad capital y sus alrededores.
Baca reveló que el modo operandis de las acusadas es contactar a las jóvenes menores de edad y de bajos recursos económicos a quienes les ofrecen dinero, ropa y otros lujos a cambio de que ofrezcan sus servicios sexuales.
“Es lo que comúnmente conocemos como ‘chicas prepago’ en ese sentido se tenía información que estas personas se iban hacia Valle de Ángeles y hacia San Juancito, se monto el operativo y se logró detener a estas ciudadanas en poder de varias menores de edad”, sostuvo.
Los agentes de la Sección de Delitos Especiales de la DNIC en los últimos 8 días han logrado capturar a tres bandas dedicadas al proxenetismo en la capital de Honduras.
El último caso presentado fue el de dos mujeres detenidas el pasado domingo en las afueras de la Penitenciaria Nacional de Tamara quienes fueron acusadas de prostituir a sus hijas en ese centro penal a cambio de dinero.
Por: Edwin Ordóñez