Entra en operaciones fuerza élite que reforzará control en centros penales
La nueva Fuerza Nacional para el Control de los Centros Penales (FNCCP) entró en operaciones para reforzar la seguridad en los reclusorios con personal altamente capacitado y equipamiento tecnológico de última generación.
Con la FNCCP “se pretende reforzar la seguridad en los reclusorios, con una fuerza especial preparada para tal efecto”, dijo el presidente Juan Orlando Hernández en el lanzamiento de esta nueva fuerza de seguridad en un predio aledaño al reclusorio conocido como El Pozo, en Ilama (Santa Bárbara).
El gobernante aprovechó para entregar 25 vehículos blindados para el traslado de privados de libertad de máxima peligrosidad, ocho motocicletas, un escáner y un sistema biométrico de última generación, todos adquiridos con fondos de la Tasa de Seguridad Poblacional.
La FNCCP es el segundo grupo especial que entra en operaciones este año, después de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas, en julio pasado, con el objetivo de seguir reduciendo los índices violencia y criminalidad en el país.
«Antes las cárceles se manejaban por los presidiarios, igual el Centro Penal de San Pedro Sula fue un centro logístico del mal; por eso, cuando se asumen estos cargos hay que cumplir y trabajar. Hemos mejorado la seguridad pero falta mucho por hacer», dijo Hernández.
Con tecnología de primer mundo
El mandatario subrayó la decisión de su Gobierno de apoyar a los centros penales de máxima seguridad con logística que les permita a sus autoridades hacer su trabajo de manera más eficaz.
«No es fácil tratar con gente que es parte del mundo criminal, y por eso debemos apoyar con toda la logística al personal de esta nueva fuerza y a los que laboran en estos reclusorios, para que realicen su trabajo de la mejor manera posible y eso forma parte del lanzamiento de esta Fuerza Nacional para el Control de los Centros Penitenciarios», agregó.
Hernández apuntó que «los privados de libertad tienen derechos, limitados, pero los tienen, aunque igual el hondureño tiene el derecho de vivir en paz y tranquilidad y por eso vemos con satisfacción que ya quedó en el pasado esa fase de ser considerado el país más violento del mundo».
«Hoy ponemos en práctica las mejores enseñanzas del mundo en el control de centros penitenciarios, y tenemos la tecnología de última generación en favor de esta fuerza, porque no es una misión cualquiera, es de las más riesgosas que se tienen en el país», añadió Hernández.
También, señaló, «debemos reconocer que no es cualquier agente o secretaria la que trabaja en estos centros penales y, por lo tanto, es un deber pagarles bien para evitar que el mundo criminal pueda permear estos centros y sus autoridades».
Ejemplos de cambios
Hernández destacó los cambios suscitados en los centros penales en los últimos años, uno de ellos el mejoramiento de las atenciones a los privados de libertad y el otro el cierre de uno de los centros penales más poblados y con mayor incidencia en el crimen desde su interior, el de San Pedro Sula.
«No olvidemos nunca que primero se construye la visión, luego se planifica y se toman acciones para ser más efectivos, y por eso se hace necesario mejorar las condiciones de los privados de libertad, y un claro ejemplo es que antes comían con menos de nueve lempiras diarios, y hoy tienen mejores condiciones», resaltó Hernández.
Recordó que «la Operación Arpía (traslado de reos de San Pedro Sula hacia El Pozo) fue una de las más reconocidas en el continente y eso se hizo en Honduras, demostrando que aquí podemos hacer grandes cosas, por ejemplo con el traslado de privados de libertad de máxima seguridad”.
Agregó que ese traslado sirvió para lograr el cierre del Centro Penal de San Pedro Sula, un “centro desde el que se generaba desde su interior mucho crimen y violencia y que hoy es parte de la buena historia escrita por la generación actual que está decidida a hacer grandes cambios en Honduras».
Hernández advirtió que «la tragedia que ha vivido Honduras no se debe repetir de nuevo, y en eso debemos trabajar en los próximos meses y años porque la seguridad no se puede descuidar ni un día, ni un minuto; esto es de todos los días para mantener y mejorar los índices que hasta ahora hemos logrado, que aunque no son suficientes, esperamos seguir mejorando».
No más centros penales en el olvido
El coordinador General de Gobierno Adjunto en materia de seguridad, Lui Suazo refirió que «este es un gran momento en la historia de Honduras, con el lanzamiento de esta nueva fuerza, y además porque recibimos un lote de vehículos para los centros penitenciarios, que estuvieron en el olvido por más de 50 años».
«Los centros penitenciarios de Honduras han sido considerados en el continente como centros donde se realizan altos estándares de seguridad y de igual forma han servido para bajar los índices de violencia y muerte por lo menos en 30 puntos, debido a que no se siguen girando órdenes desde el interior de los mismos», aseguró Suazo.
El presidente Hernández lanzó la Fuerza Nacional Para el Control de los Centros Penitenciarios con el objetivo de ejercer un mejor esquema de seguridad en los 20.642 privados de libertad que se encuentran cumpliendo sus condenas en las diferentes cárceles del país.
Dicho control se establecerá manteniendo el estricto respeto a los derechos fundamentales de los internos, tratando de mejorar sus condiciones de vida, especialmente con la incorporación a proyectos de reeducación, rehabilitación y reinserción social.
De interés
1. Durante la presente y pasada administración de Gobierno, se han habilitado tres establecimientos penitenciarios, albergando en ellos a casi 5.000 privados de libertad, entre ellos, líderes de maras y pandillas.
2. Los centros habilitados para reclusos de máxima peligrosidad son: El Pozo I, en Ilama, Santa Bárbara; El Pozo II, en Morocelí, El Paraíso, y Siria, en El Porvenir, Francisco Morazán.
3. De los reclusorios nuevos, El Pozo I y El Pozo II son catalogados de máxima seguridad, albergando en ellos a los cabecillas de maras, pandillas y bandas de la criminalidad organizada.