“Aunque quitemos los 23 lempiras, el pueblo seguirá recibiendo un servicio pésimo e inseguro en el transporte público”
El ministro de la Presidencial, Ebal Díaz, hizo un nuevo llamado al sector transporte para realizar un diálogo franco y transparente que ponga fin al paro nacional que perjudica a millones de hondureños que se dirigen a sus trabajos, citas médicas, escuelas, universidades y otro tipo de actividades.
“Los 23 lempiras de rebaja que pide el sector transporte responde a un impuestos que el Estado cobra, y que no es nuevo, es un impuesto que ha estado siempre, no es una variable, es una constante que se cobra suba o baje el precio de los combustibles”, comenzó exponiendo Díaz.
Ya hicimos los números, y eliminar los 23 lempiras significa que el tesoro nacional dejará de percibir 13 mil 800 millones de lempiras. Eso significa que tendríamos que despedir gente en el gobierno o cerrar programas sociales –lamentó, luego de exponer parte del impacto.
Dijo Díaz que:
· Eso equivale a que cerremos las secretarias de Defensa o Seguridad, es decir, y que no les paguemos a todos los soldados y policías.
· 13 mil 800 millones equivale a que despidamos a casi todos los maestros del país.
· 13 mil 800 millones equivale a que despidamos a casi todos los doctores del país.
El ministro de la presidencia continuó diciendo que “Aquí estamos ante una decisión traumática. Si vamos a dejar de percibir 13 mil 800 millones de lempiras al quitar ese impuesto del combustible, tendremos que hacer un ajuste severo en los programas sociales”.
Díaz luego preguntó quién se beneficiaría si se quita ese impuesto al combustible.
En Honduras hay menos de un millón de propietarios de vehículos de una población de 9 millones. ¿Qué significa eso? Que los que se que van a beneficiar son los que tienen vehículos, no el pueblo hondureños, porque el pueblo hondureño usa el transporte público –razonó Díaz.
Díaz, de igual forma, recordó que los dirigentes del transporte movilizan a la mayoría del pueblo hondureño en taxis y urbanos e interurbanos, por lo que el grueso de la población no recibirá ningún beneficio, porque no le van a bajar a la tarifa.
Dijo: “Los dirigentes del transporte saben que desafortunadamente no hemos podido superar la situación que permita dar un buen servicio, porque no se cumplen los horarios, hay maltratos a la gente, hay muchas deficiencias en la prestación del servicio. Si quitamos los 22 lempiras el pueblo seguirá recibiendo un servicio pésimo y no se le va a bajar a la tarifa”.
¿Saben cuánto recibirá de beneficio el sector trasporte si quitamos los 23 o 20 lempiras? –se preguntó Díaz.
Su respuesta fue: “Ya hicimos los cálculos: 70 centavos. ¿Eso resolverá los problemas de los transportistas? ¿No será que después, en tres meses, volverán a la carga pidiendo aumento a la tarifa porque no se resolvió el problema?”.
Para Díaz, aunque se elimine ese impuesto a los combustibles, el problema proseguirá pues el mismo es provocado por factores como la ilegalidad y el precio de diferentes insumos.
Desde el año pasado les dijimos que íbamos a revisar las tarifas, y no nos hemos negado a dialogar, hicimos un acuerdo de que íbamos a revisar la tarifa a través de una formula -recordó.
Lo que debemos luchar –añadió-, es que se modernice el trasporte de una vez por todas y tengan una rentabilidad que les dé tranquilidad, pero que el pueblo hondureño reciba un servicio digno, eficiente y seguro.
El ministro de la Presidencia insistió en que el problema no se resuelve el quitando los 23 o 22 lempiras, pues solo se beneficia a una octava parte de la población, y que el beneficio de los transportistas sería mínimo, de unos 70 centavos.
“El problema seguiría y los transportistas continuarían pidiendo aumento o ajuste de tarifas –vaticinó-. Este tema es una cortina de humo; desafortunadamente quien los aconsejó al paro lo hizo de mala fe y el daño es grande”.
Díaz ilustró que luego de hacer cálculos se llegó a la conclusión que los que se beneficiarían si se quitan esos 23 o 20 lempiras serán los trasportistas grandes.
¿Quiénes son? –lanzó la pregunta-. Ya lo dicen estudios del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, que hay una altísima concentración de permisos de operación en pocas manos.
Y reveló que “Sólo en Tegucigalpa hay un grupo que tiene cerca de 200 unidades de buses. Ese grupo recibiría, si quitamos el impuesto, 30 millones de lempiras de beneficios al año, no el pueblo hondureño. ¿Y el pueblo hondureño qué va a recibir? El mismo pésimo servicio y el mismo trato indigno”.
“Me siento preocupado porque veo el sufrimiento de la gente, veo cómo bajan a las personas de las unidades de taxis, a los discapacitados, a la tercera edad, cómo maltratan a las personas y cómo este paro ha sido capaz de provocar sufrimiento en el pueblo hondureño”, dijo Díaz.
El funcionario también reveló que “También hay alguien que quiere aprovecharse de esta crisis provocándole dolor al pueblo hondureño para ganar políticamente. Es una forma mezquina de razonar”.
Finalmente, Díaz hizo un llamado a un debate con franqueza, de frente al pueblo hondureño, sin cortinas humos.
“No es cierto que el presidente Hernández no ha querido dialogar con los dirigentes del transporte ni recibirlos. El gobierno ha dado muestras claras de dialogar y llegar a un acuerdo”, concluyó.