Comisión depuradora en Washington: “se ha sembrado la semilla” para la transformación de la policía nacional
Tegucigalpa.- La Comisión especial para el proceso de depuración y transformación de la Policía Nacional compareció por tercera ocasión en un foro en vivo organizado por el Programa para Latinoamérica del Wilson Center para dialogar sobre la experiencia, logros y retos de la reforma a la institución.
En el foro denominado “Construyendo una nueva policía en Honduras: desafíos y oportunidades que enfrenta la Comisión de Purga y Reforma de la Policía” participaron los representantes del Estado: Julián Pacheco, secretario de Seguridad y Vilma Morales, expresidenta de la Corte Suprema de Justicia; junto a los miembros de sociedad civil: Omar Rivera, coordinador de la Alianza por la Paz y la Justicia (APJ) y Carlos Hernández, secretario ejecutivo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ).
Desde su juramentación el 12 de abril de 2016, la Comisión ha separado a 4,4445 policías: 2,997 por reestructuración, 252 por abandono del cargo, 98 por despido, 58 por sentencia condenatoria firme, 68 por muerte, 29 por retiro obligatorio, 889 por retiro voluntario y 54 por discapacidad total y permanente.
En el proceso inédito, fue trascendental la declaratoria de estado de emergencia decretado por el Congreso Nacional, mediante la cual delegó en la comisión conformada por miembros del Gobierno y representantes de sociedad civil la depuración y transformación simultánea de la Policía Nacional.
A partir del nombramiento, se impulsó un proceso de evaluación de idoneidad de los miembros de la entidad, de arriba hacia abajo, empezando por los generales, subcomisionados, comisionados, comisarios, subcomisarios, inspectores y subinspectores, hasta llegar a la escala básica.
“Teniendo claridad si esa persona era idónea y se podía adaptar a la nueva estructura, se han tomado las decisiones. Se demostró que nadie iba a tener privilegios. De los nueve generales que encontramos en la Policía, solamente tres continúan en la entidad, seis fueron separados”, recalcó Omar Rivera, miembro de la Comisión.
El dirigente de sociedad civil, recordó que alrededor de 120 casos que involucran a 500 policías fueron remitidos al Ministerio Público. “Encontramos indicios refutables que oficiales y miembros de escala básica estaban vinculados a actos de corrupción, actos criminales, que en lugar de combatir el crimen se aliaban con el crimen”, expresó.
Sin embargo, enfatizó en que no solo se trata de hacer una “limpieza o profilaxis” de la Policía, “sino impulsar un proceso de reingeniería, de transformación. Se impulsaron acciones encaminadas a garantizar un sistema integral moderno de educación policial, reforma institucional a la investigación criminal y un sistema permanente de evaluación y certificación del recurso humano”.
“Lo que se descompuso en 20 años no se va a arreglar en 18 meses, sería asumir una actitud ingenua. Es un proceso en el que apenas se ha sembrado la semilla y del que esperamos pueda dársele sostenibilidad y tener un impacto positivo en la población”, agregó.
Para garantizar esta sostenibilidad, destaca la aprobación de la nueva Ley Orgánica de la Policía Nacional y la Ley de la Carrera Policial.
No obstante, Vilma Morales insistió en que esta necesidad imperiosa de actualizar el marco legal que derivó en estas normativas aún debe acompañarse con más regulaciones.
“Son herramientas que por sí solas no son suficientes, aún es necesaria la elaboración de marcos reglamentarios en las cuales nos encontramos trabajando”, apuntó.
Participación de sociedad civil
La depuración de la Policía Nacional fue un clamor impulsado por la sociedad civil desde finales de 2011, cuando la participación de policías en la muerte violenta de dos jóvenes universitarios activó las alarmas de la infiltración del crimen y corrupción en la institución.
“Lo que nos motivó hace cinco años a luchar, nos tiene que motivar que este sea un tema prioritario y continúe en la agenda pública”, manifestó Carlos Hernández.
El líder civil recordó que la poca confianza de la población hacia sus instituciones, no permite que llegue información, por lo que la participación de la sociedad civil en el proceso de depuración y transformación de la Policía hondureña “es una muestra de que la sociedad civil es importante, una sociedad civil formada, objetiva y transparente; cómo denunciamos aquello que no está bien con sustento y ejercer ese rol como sociedad civil, tener valentía y objetividad para participar en los procesos que nos permiten ir transformando la realidad”.
Confió en que la Comisión de Seguimiento que crea la nueva ley policial con participación civil, “como ciudadanos se garantice de manera responsable y objetiva que esta historia no se repita, que algunos la observamos; pero otras personas la sintieron con la pérdida de un ser querido, por la ineficiencia o participación de la policía”.