Los 2,000 reos más peligrosos del país ya están aislados
Tegucigalpa.- Un total de 773 reos pertenecientes a las pandillas MS-13 y la 18 fueron trasladados hoy en la Operación Arpía III, que se ejecutó exitosamente, desde la Penitenciaría Nacional, ubicada en Támara (Francisco Morazán), hasta La Tolva, en Morocelí (El Paraíso), dijo hoy el presidente Juan Orlando Hernández.
En comparecencia de prensa en Casa de Gobierno, el mandatario destacó que “podemos afirmar que los 2,000 reclusos más peligrosos del país están totalmente aislados”, sumados los trasladados hoy a La Tolva o El Pozo 2 y los enviados en fechas anteriores a El Pozo 1, en Ilama (Santa Bárbara).
Aseguró que “prácticamente la totalidad de los miembros de los dos grupos criminales de la MS y La 18 que estaban en reclusión” están en cárceles de máxima seguridad.
El titular del Ejecutivo recordó que el 27 de enero de 2014, cuando tomó posesión como presidente de la República e inició el trabajo de servicio al pueblo hondureño, les dijo a los delincuentes que “se les acabó la fiesta”.
“Decidimos –prosiguió- luchar por recuperar la paz y la tranquilidad a la que tenemos derecho”.
Detalló el gobernante que la ejecución de la Operación Arpía III comenzó desde el lunes en horas de la noche, con el objetivo de asegurar las instalaciones y los privados de libertad que están en la cárcel de Támara para poder extraer a varios de ellos, y llevarlos a El Pozo número 2.
Resaltó que “el día de hoy han sido trasladados 773 privados de libertad de alta peligrosidad que estaban principalmente en el módulo Escorpión, otros de otro módulo, y allí se albergaban, en esos dos, los miembros que estaban recluidos en Támara pertenecientes a la MS-13 y a la 18”.
Pero además –continuó diciendo- se identificaron 119 miembros de ambos grupos delictivos que de alguna manera u otra estaban en otros recintos, pero que era objetivo de esta operación no solamente identificarlos, sino que también trasladarlos.
Una gran movilización
El presidente Hernández destacó que esta movilización ha sido planificada y ejecutada exitosamente con la participación de alrededor de 3,000 efectivos, 245 vehículos terrestres, 5 aeronaves, usando equipo de control y antimotines.
También se ejecutó -prosiguió- usando moderna tecnología de comunicación y vigilancia que una vez más demuestra las modernas capacidades con que cuenta el Estado de Honduras a través de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina).
“Aquí se mira reflejada la inversión proveniente de recursos de la Tasa de Seguridad y también de fondos ordinarios nacionales”, acotó.
Hernández agregó que “estos traslados se venían planificando desde hace aproximadamente dos meses como parte de la programación anual en el marco de la estrategia integral de seguridad”.
“El Pozo 2 es la segunda cárcel de máxima seguridad que entra en operaciones”, dijo el mandatario para seguidamente expresar que “tiene capacidad para recluir a 1,344 personas, cuenta con 24 edificios diseñados para albergar 8 módulos carcelarios, oficinas administrativas y también habitaciones para los agentes penitenciarios”.
Detalló que la construcción de esta cárcel es similar a la de máxima seguridad de El Pozo número 1 ubicado en Ilama y fue construida bajo los estándares y los parámetros de seguridad internacional.
“Hoy podemos afirmar que los 2,000 reclusos más peligrosos del país están totalmente aislados; prácticamente la totalidad de los miembros de los dos grupos criminales: la MS y la 18, que estaban en reclusión o en las cárceles, representan estos 2,000 que han sido trasladados, entre los que estaban en San Pedro Sula y también en Támara, principalmente”, añadió.
El mandatario continuó diciendo que “estos han sido los privados de libertad, como grupo, que más luto y dolor han provocado al pueblo hondureño”.
Operaciones sin precedentes
El presidente Hernández aseguró que “estas operaciones han sido catalogadas como las de mayor impacto realizada a nivel de Latinoamérica en términos de que simultáneamente, en una sola operación, “movilizar dos grupos antagónicos tan peligrosos no tiene precedentes en la región”, enfatizó.
Además, el gobernante explicó que recuperar la paz y la tranquilidad de los hondureños pasaba por transformar “nuestro sistema penitenciario en un nuevo sistema que debe tener características claras, entre otras la profesionalización y el establecimiento de la carrera con respaldo de la Academia Penitenciaria”.
Indicó que la inversión en infraestructura ha permitido el manejo diferenciado de los privados de libertad, segmentados en función de su peligrosidad y otras características.
“Gracias a la Tasa de Seguridad, gracias a la voluntad política, al compromiso de estos operadores de justicia que como buenos hondureños han dado el todo por el todo”, resaltó.
Es apenas el comienzo
El titular del Ejecutivo apuntó que gracias a estas operaciones exitosas “hemos podido avanzar en la transformación de este nuevo sistema carcelario y quiero asegurar que el proceso ha comenzado, va en camino y continúa”.
“Todas estas acciones se enmarcan en el desarrollo del nuevo sistema carcelario y vamos a continuar evitando que desde los centros penales se sigan organizando y planificando todo tipo de crímenes”, señaló.
“Lo que ha ocurrido en San Pedro Sula es prueba irrefutable de que los centros penales, además de haberse convertido en escuelas del crimen y centros de operaciones, también han servido como refugio de estos delincuentes, que entraban y salían cuando querían”, dijo Hernández.
Es por eso –enfatizó- que “estamos aquí para actuar y es lo que hemos hecho con el equipo de Fusina; por eso estos privados de libertad, al darse cuenta que bajo este nuevo orden de cosas no podían seguir a sus anchas haciendo lo mismo, han entrado en desesperación”.
“Algunos se han fugado y otros han intentado fugarse. No podemos ser ingenuos pensando que no habrá otros intentos u otro tipo de reacciones; por tanto, tenemos que estar preparados y en alerta, porque esta gente está en un estado de desesperación y son capaces de hacer cualquier cosa”, apuntó.
El tiempo ha dado la razón
Hernández recordó que “desde el 22 de febrero se aprobaron las reformas penales y se hacen los traslados de reos, se han bajado los homicidios hasta un 17 por ciento en comparación al año anterior; el tiempo nos ha dado la razón”.
“Estamos construyendo el nuevo sistema carcelario del país, estamos avanzando, van a haber reacciones, pero no podemos retroceder ni un tan solo milímetro”, añadió.
Para concluir, el presidente Hernández dijo que este es un ejercicio importante que reafirma “nuestro compromiso con el pueblo hondureño para recuperar la paz y la tranquilidad a la que tenemos derecho”.