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La mendicidad tiene cara de niño y desamparo institucional

Periodista: Gabriel Ortiz

En cada calle, esquina o puente de la capital se observa el rostro de niños que con una actitud de humillación e insistencia, se acercan a las personas con la intensión de pedir dinero, esto con la esperanza de recibir lo suficiente para satisfacer sus necesidades.

Necesidades que muchas veces no son las básicas, no solo es alimentarse ni vestirse, sino también satisfacer su dependencia a las drogas, alcohol u otro tipo de adicciones.

Este fenómeno afecta gran parte de la niñez del país, según el director de Casa Alianza, Guadalupe Ruelas, “en el último estudio que realizaron, alrededor de unos 15 mil niños están en las calles de Tegucigalpa y San Pedro Sula y más del 90 por ciento de ellos realizan labores de mendicidad en un momento del día”.

Es una gran cantidad de niños que quizá no contarán con la misma oportunidad de superarse y optar por un futuro mejor, al que todo ser humano tiene derecho.

Algunas causas de la mendicidad infantil
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Y es que muchas veces se miran estos niños pidiendo limosnas, pero se desconocen todas las causas que están tras este problema social.

Para Ruelas, “Hay algunas cosas estructurales por los que hay mendicidad, como son la pobreza crónica, 66 de cada 100 hondureños viven con menos de dos dólares y el 42 por ciento con menos de un dólar al día”.

Quizá esta es una de las mayores razones por la que muchos infantes se ven obligados a salir a las calles a conseguir el pan diario para sobrevivir, pero también existe algo que en muchos hogares hondureños se mantiene vivo y son los problemas familiares.

Jayson es un niño de 17 años, quien se encuentra rehabilitándose en Casa Alianza, él asegura que desde corta edad se fue a vivir a las calles por causa de los problemas en su hogar.

“Yo miraba como mi papá golpeaba a mi mamá, pues entonces no me gustaba a mi –pue- vivir en ese ambiente, entonces salí como huyendo de la casa –pue-, entonces mi mama me decía que buscara la casa, yo le decía que no porque no me gustaba estar ahí en veces hasta le huía –pue-”, narró Jayson mientras su mirada transmitía muchos sentimientos.
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La familia es la base de la sociedad, en la actualidad carece de muchos valores, por ende se verá afectado el núcleo familiar, donde debe ser el lugar más seguro y que brinde felicidad a un niño.

“Hay algunos temas más objetivos y que no dejan de ser profundos como el tema de desintegración familiar y el tema de la ausencia digamos de formación en valores en Honduras, todavía en pleno siglo 21 se viene confundiendo la disciplina con el castigo, dos cosas totalmente distintas”, para Ruelas están son causas para que los niños prefieran refugiarse en las calles.

Al ver a simple vista un niño de corta edad, es casi imposible creer que sus manos estén manchadas hasta por sangre, producto de delitos y muertes que ellos han cometido.

Pero cuando estos niños estando en las calles no reciben el dinero necesario o el esperado, buscan otras formas de recibir más que solo pidiendo y esto es involucrándose al crimen organizado o a las maras, que los reclutan para actos de narcotráfico u otros delitos.

Algunos estudios hechos por medios de comunicación han encontrado que en su mayoría son solo usados como cortina para ocultar tras la mendicidad, algunos delitos, así lo explica el director de Casa Alianza “usted va a ver a todas horas del día temas como explotación sexual infantil, la explotación laboral, y claro mendicidad”.

“El 90 por ciento de los niños y niñas que están en situación de calle están explotados sexualmente y el 94 por ciento ya han sido también inducidos en el consumo de drogas” siguió comentando Ruelas.
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Y es por estas drogas que muchos de los pequeños son engañados por maras, cuando ya el dinero que piden no les ajusta, la opción aparentemente más fácil es recurrir a estos grupos.

“Es que en las maras mire tal vez usted por vender droga le pagan, así pues uno mira el dinero va entonces dice uno pucha y uno por la droga pues lo hace, entonces a veces uno consume y dice pucha, aquí nomas tengo la droga –pue-, entonces uno se alegra ya mira que le pagan y ellos dicen querés fumar, fuma, entonces uno fumaba –pue- de lo que pagaban compraba mi comida”, son las palabras de Jayson al preguntarle porque decidió formar parte de las maras.

Basta solo platicar con estos niños para saber cómo estas mafias se aprovechan de su situación para reclutarlos y así de esta forma crezcan siendo parte de ellas, fingiéndoles ayuda, cariño y protección, cosas que en sus casas no tuvieron.
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Sin duda alguna estos niños que son parte del presente y el futuro del país viven expuestos a muchos peligros en las calles, hasta llegar al punto de que muchos mueren producto de la vulnerabilidad a la que están enfrentados.

Por su parte el gobierno actual esta invirtiendo muy poco y casi nada en los niños que se encuentran en esta situación.

“Este es un Gobierno que se ha irresponsabilizado del tema de niñez, piensa que los niños y las niñas tienen que ser atendidos por ONG y por iglesias, entonces a nivel presupuestario hemos tenido siempre muy poco apoyo”, comentó Ruelas.

Existe la necesidad urgente de que el gobierno cumpla con su parte, creando programas de rescate a estos niños, pero programas que de verdad sean efectivos, que den resultados y al igual tomando medidas que reduzcan el nivel de pobreza en el país, para que esta no sea excusa de que la población infantil tenga que recurrir a las calles para satisfacer sus necesidades, evitando así un sin número de problemas más.

También que las instituciones como Casa Alianza y las demás creadas para el rescate y cuidado de los niños en desamparo, creen programas para la rehabilitación y que cuando toque enfrentar la calle otra vez no recaigan.
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Pero también está el hecho de educar a las familias hondureñas para fortalecer los lazos de unidad y que protejan a la niñez, que no permitan que salgan a las calles y que sean blanco fácil de los delincuentes.

Que no se permita que este país caiga más en la mendicidad en la que ha estado hundida, ya que es de conocimiento que desde hace mucho tiempo el gobierno necesita andar pidiendo ayudas a nivel internacional para poder sostener al país, entonces, ¿Qué se puede esperar si los niños hondureños siguen esta línea y crecen viviendo de las migajas de los demás?.

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