Alianza por los derechos humanos exige al gobierno garantías de seguridad a favor del director de Casa Alianza Guadalupe Ruela
Organizaciones defensoras de derechos humanos emitieron un comunicado de alerta para exigir al Gobierno garantías de seguridad para el director de Casa Alianza Guadalupe Ruela.
COMUNICADO
Como organizaciones defensoras de derechos humanos tenemos una gran preocupación por las y los defensores de los más débiles en Honduras; en especial por nuestro compañero y Director de Casa Alianza, Guadalupe Rúela que ha denunciado en reiteradas ocasiones la existencia de Escuadrones de la Muerte en Honduras.
Guadalupe Ruela ha confrontado fuertemente la política de exterminio y limpieza social que existe contra los niños, niñas y adolescentes a quienes se les niegan, políticas integrales de seguridad y convivencia social.
El compañero Ruela también ha denunciado la política de maquillaje de cifras en relación a los asesinatos y masacres en Honduras, generada desde el Estado, misma que se afana en pregonar al mundo una imagen distinta de lo que realmente sucede en el país.
Ante las exhortaciones del Director de Casa Alianza en las cuales solicita al gobierno de Honduras ser diligentes para detener las matanzas en contra de niños, niñas y adolescentes; pide replantear la seguridad pública sin militarización, bajo un concepto humanista; y que se maneje un discurso de seguridad basado en la objetividad para aplicar soluciones y no ilusiones que llevan a que la muerte no se detenga; por ello las organizaciones de derechos humanos demandamos al Estado de Honduras:
1. No más persecución o acciones de desprestigio contra defensores y defensoras de derechos humanos en Honduras.
2. Las garantías necesarias que resguarden la integridad física y psíquica de Guadalupe Rúela, sus familiares y personal de su oficina.
3.Esclarecer y judicializar los casos de masacres y homicidio en el país, en los cuales también se ha asesinado a niños, niñas y adolescentes por grupos armados.
4. Pronta justicia para las víctimas y sus familiares.
Finalmente, demandamos del Estado el cambio de visión sobre la juventud en riesgo como el problema, puesto que es el Estado, la Iglesia y la sociedad somos quienes no hemos hecho lo necesario para protegerles, por lo tanto es obligatorio construir políticas, programas y acciones en favor de la juventud para su protección y crecimiento.