En su discurso navideño, Obama elogió a las tropas de EEUU desplegadas en Afganistán
El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, marcó el final de más de una década de combates de las tropas estadounidenses en Afganistán rindiendo homenaje al ejército y diciendo a las tropas el día de Navidad que sus sacrificios permitieron que un mundo más pacífico y próspero emergiera de las cenizas de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
En una base costera de los Marines en Hawaii, Obama dijo a las tropas que aunque sigue habiendo duros desafíos para el Ejército estadounidense en puntos como Irak y el África occidental, el mundo en su conjunto está mejor porque los soldados estadounidenses pusieron a su país antes que nada y sirvieron con distinción. Los estadounidenses y su presidente no podrían estar más agradecidos, afirmó.
«Debido al extraordinario servicio de los hombres y mujeres en las fuerzas armadas estadounidenses, Afganistán tiene una oportunidad de reconstruir su propio país», dijo Obama ante los aplausos de marines y sus familias. «Estamos más seguros. No va a volver a ser una fuente de atentados terroristas».
Trece años y un billón de dólares después, los Estados Unidos se preparan para retirar la gran mayoría de sus tropas de combate de Afganistán para final de año, conforme la coalición occidental trata de cerrar un sangriento capítulo que comenzó el día que milicianos de Al Qaeda atacaron en los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. Desde un pico de 140.000 tropas en 2010, Washington y la OTAN piensan dejar sólo 13.500 para formación y apoyo de combates.
Aunque hay motivos para un cauto optimismo, incluyendo un nuevo presidente afgano cuya seriedad ha reforzado la confianza de Washington, la situación general sigue siendo compleja.
Estados Unidos asumirá un papel de apoyo tras el año más sangriento en Afganistán desde la invasión de liderazgo estadounidense en 2001. Las bajas civiles este año van camino de alcanzar las 10.000 personas, y también unos 5.000 efectivos de seguridad afganos murieron en 2014, una cifra que ha escalado conforme el país tomaba el relevo de su seguridad.
Los insurgentes han tomado territorio en todo el país, planteando el temor a milicianos islamistas aprovechen el vacío de seguridad dejado por la marcha de las tropas extranjeras.
En los últimos 13 años murieron unos 2.200 soldados estadounidenses, en una guerra que les ha costado un billón de dólares, además de 100.000 millones extras para reconstrucción. Cuando Obama afirmó que la misión de combate estaba terminando por fin, los cientos de soldados presentes respondieron con vítores de celebración.
Crédito Infobae