La Asociación del Cigarrillo Electrónico pide una comisión de expertos internacionales que ayuden a disipar las dudas
MADRID.- La Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico (ANCE) ha pedido la creación de una comisión de trabajo formada por científicos de todo el mundo que incluyan detractores y defensores del cigarrillo electrónico con el objetivo de disipar las dudas sobre el producto y sus consecuencias sobre la salud.
«Es el momento de dar un paso adelante por las dos partes, por el bien del consumidor y por el sector, para concretar y clarificar todos los puntos que nos enfrentan en este momento», afirma el presidente de ANCE, Manuel Muñoz, quien añade que «si no es trabajando juntos, este sector no puede salir adelante desde un punto de vista sanitario, regulatorio y empresarial».
ANCE realiza este llamamiento un día después de que se hiciera público una carta de medio centenar de científicos de todo el mundo donde advierten a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de las repercusiones negativas que tendría equiparar la regulación del cigarrillo electrónico a la de los productos del tabaco para la salud de los consumidores, por considerarlo una herramienta para dejar el hábito del tabaco.
A juicio de su presidente, es necesario que «la ONU estudie bien las demandas de la comunidad científica y se tomen las medidas oportunas para poder dar este producto el espacio que se merece». Y para ello, insiste en que «lo primordial es sentarse y hablar, como decíamos, detractores y defensores del producto y del sector, en definitiva, expertos en tabaquismo y ‘e-cig’ para que pongan encima de la mesa toda la documentación y establecer una comisión de trabajo que despeje todas las dudas».
«Tenemos que mirar por el consumidor, por su seguridad. Que conozcan bien el producto, sepan qué y cómo pueden utilizarlo, y cómo repercute en la salud», añade Muñoz, quien apoya la misiva enviada a la directora de la OMS, Margaret Chan, donde se ve el cigarrillo electrónico como «alternativa menos dañina al tabaco»; por tanto, puede ser considerada como «una herramienta más en la lucha contra el tabaquismo, por lo que como dicen estos científicos en su carta a la OMS, puede ser parte de la solución en la lucha contra el tabaquismo y no del problema, afirma.
En cualquier caso, la patronal tiene la intención de «seguir dando pasos adelante y contribuir con la Administración y la comunidad científica a crear un sector más fuerte, seguro, mejor regulado, estructurado y profesionalizado».